El país nipón es uno de los más envejecidos del mundo. En una década, los conductores con más de 75 años han aumentado el doble. Al mismo tiempo, la siniestralidad con personas ancianas ha subido considerablemente en las carreteras japonesas, así que tanto autoridades públicas como empresas privadas se han puesto manos a la obra para solucionar este asunto.
transporte público a precio reducido, entrada gratuita a baños públicos, y también descuentos en comidas y en restaurantes.
Lo primero que tiene que hacer un anciano japonés es dejar su carné de conducir en una comisaría. Allí le darán un justificante que le servirá para obtener descuentos.
Los mayores pueden beneficiarse de transporte público a precio reducido, entrada gratuita a baños públicos, y también descuentos en comidas y en restaurantes.
Pero lo más sorprendente es que una empresa funeraria ofrece un 15 por ciento en su propio funeral a los ancianos que renuncien a conducir. Los abuelos japoneses pasan de ser conductores, a peatones que cruzan la calzada.