La creación de aulas de emociones agradables para mejorar el ambiente educativo, mediante asambleas y el fomento del diálogo respetuoso, es una de las propuestas de la directora del Experto en Inteligencia Emocional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Carmen García de Leaniz.

Esta experta ha citado algunas técnicas a las que pueden recurrir los profesores para generar las emociones agradables en el aula, como la asamblea emocional, las rutinas de "mindfulness", el fomento del dialogo respetuoso y la rueda de la gratitud, ha detallado hoy en una nota.

El éxito de los proyectos en educación emocional radica en "desarrollar la inteligencia emocional afianzando valores de convivencia", así como "promoviendo el cambio de hábitos de profesores, alumnos y centros e involucrando a toda la comunidad educativa".

Ha asegurado que, en la actualidad, los docentes se enfrentan a dificultades en el aula, con "alumnos pendientes del móvil o indisciplinados y padres que sobreprotegen a los hijos en detrimento de la autoridad del profesor", lo que se puede gestionar desde la óptica de la inteligencia emocional.

Además, "desarrollar la inteligencia emocional potencia la autoestima, la responsabilidad, los valores de convivencia y las habilidades sociales de los alumnos", ha dicho.

Entre esas técnicas a las que pueden acudir los profesores, se ha referido a la asamblea emocional, que permite dedicar cinco minutos todos los días a compartir los sentimientos y, en caso de que algún alumno se sienta triste, enfadado o inseguro, el docente debe ayudarle a reflexionar y ofrecerle el apoyo del grupo.

También propone participar en sesiones de "mindfulness" (conciencia o atención plena) de cinco minutos en las que escuchar música, colorear mandalas, visualizar un logro, hacer un escáner corporal y practicar movimientos conscientes o yoga.

A ello ha sumado generar, en momentos de conflicto entre los alumnos, un "rincón del diálogo" y acordar unos pasos para que los alumnos se hablen con respeto y se escuchen.

Para ella, es "esencial" que el docente, en vez de ser un juez que centraliza la conversación, "sermonea", decide quién es el culpable y la solución a aplicar, sea un mediador que ayude a que los alumnos lleguen a sus propios acuerdos.

Otra de esas técnicas es el libro, tablón o la rueda de la gratitud, que permite dedicar todas las semanas un tiempo para dar las gracias por las muestras de cariño y empatía de los compañeros.

Invitar a los padres a participar en este proceso es "muy útil", según esta experta, que ha formado a más de dos mil docentes en inteligencia emocional y es promotora de proyectos "pioneros", como el Programa de Pensamiento Emocional.