Son mano de obra barata y silenciosa, son explotados o tratados como esclavos, víctimas de las mafias. Ocurre en Latinoamérica, Asia del este y en África, donde se calcula que el 20% de los niños vive bajo alguna forma de esclavitud.  

Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas, con presencia en 160 países, destaca en COPE que "son niños a los que no se les ofrece la posibilidad de ejercer sus derechos mas fundamentales, estar seguros, poder ir al colegio, que cuiden de ellos... Es una situación muy grave con la que intentamos luchar dia a dia".

Muchos incluso son vendidos por sus familias bajo la promesa de que tendrán una vida mejor. Pero sufren maltrato físico y psicológico alejados durante años de sus lugares de origen para alejar cualquier tentación de escapar para volver a casa.

Con mucha frecuencia los traficantes son familiares o amigos cercanos que aseguran a sus padres que aprenderán un oficio : "Familias que no pueden mantenerlos los mandan a trabajar a la ciudad sin saber que caen en la explotación o en manos de mafias, a veces son ellos mismos quienes se van de casa". 

La causa principal es la extrema pobreza que se perpetúa al no tener acceso a la educación. "Les abordamos en la calle, intentamos que tengan algunas horas para estudiar, que se sientan seguros y que su vida puede ser de otra manera, que pueden soñar  y conseguir sus sueños... Mucho después se les ofrece ir a la escuela".

Como ellos, muchas ONGs piden a la comunidad internacional medidas para que los niños sean protegidos y puedan ejercer sus derechos más fundamentales, estar seguros, que cuiden de ellos o poder ir al colegio.

En octubre de 2016, 170 paises ratificaron el Protocolo de Palermo para prevenir y sancionar la trata de personas especialmente mujeres y niños pero en muchas zonas la explotación infantil y la esclavitud está socialmente aceptado.