Reciclar ropa para insertar personas. Esa es la filosofía de la nueva marca Moda RE- que aúna el proyecto de Cáritas. El objetivo es vender bajo la misma marca ropa de segunda mano en más e 80 tiendas de toda España con fines sociales.

Pero este proyecto es mucho más. Se dignifica la entrega de ropa porque las personas que lo necesiten podrán adquirirla con vales de sus Cáritas en las tiendas como el resto del público, dejando de ser un estigma social. Cáritas lleva recogiendo ropa más de veinte años pero con este sistema de trabajo que ha llevado cinco años, se ha profesionalizado mucho más si cabe en este proceso de manera sostenible. En tres plantas, en Valencia, Bilbao y Barcelona, con alta tecnología realizan el proceso de selección. La ropa que sirve se higieniza con ozono, producto que respeta el medioambiente, se etiqueta y se envía de nuevo a las tiendas para su comercialización. Son más de 80 en toda España atendidas por mil voluntarios. La que no sirve se someterá a un proceso de reciclaje para convertirlo en materiales con una segunda vida, sobretodo en productos textiles para la construcción o tejidos para el automóvil.

El tercer pilar de este proyecto es la investigación. Con ayuda de entidades privadas la organización investiga la creación de un nuevo producto en forma de hilo que permita crear nuevos tejidos. La ropa se seguirá recogiendo en los puntos habituales, contenedores en la calle identificados como Cáritas, puntos en tiendas de ropa y supermercados, y las Cáritas parroquiales. En total son 3.800 puntos de recogida en toda España. Todo este proyecto permite contratar a 750 personas, la mayoría forman parte de los proyectos de la entidad para evitar la exclusión social, y que ya participan en proyectos de acogida y acompañamiento de Cáritas.

Natalia Peiro, Secretaria General de Cáritas, asegura que esta marca “permite generar empleo social en el territorio, impulsar la participación social en una actividad transformadora, mejorar los ratios de reutilización y reciclaje y, además ahorrar en la gestión municipal de residuos”.

El compromiso medioambiental es total tal y como explica el responsable del proyecto Rubén Requena: “Esta forma de trabajar permite ahorrar 680 millones de toneladas de CO2 o 65 millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale a abastecer durante medio año a la ciudad de Madrid”. Pero lo más importante es la reinserción laboral “No tiene sentido reciclar ropa si no reciclamos personas”, asegura Requena. Y es que este proyecto tiene como objetivos criterios éticos con la persona en el centro de su trabajo: “No es lo mismo hacer negocio que hacer justicia social”, explica Peiro.

La Mora-re además certifica que todo el dinero de este proyecto se reinvierte en él, y además garantiza que tu ropa en desuso no acabará en el mercado negro de ropa del Tercer Mundo, donde muchas otras empresas hacen negocio beneficiándose de la solidaridad de los demás. Economía solidaria y colaborativa al servicio de la persona.