El 53 % de las familias catalanas reclaman al sistema educativo que fomente la motivación para aprender y el 36 % piden que se enseñen valores como saber convivir, como competencias fundamentales para que sus hijos puedan abordar el futuro con éxito.

Estos son algunos de los datos de la segunda parte del primer Edubarómetro que ha llevado a cabo la Fundación Jaume Bofill, que en esta ocasión ha encuestado a 5.217 padres y madres de jóvenes entre 1 y 18 años, ha explicado hoy durante la presentación del estudio el director de la Fundación, Ismael Palacín.

El objetivo del Edubarómetro es "elaborar un retrato del sistema educativo para saber cuáles son las necesidades y expectativas tanto de docentes como de familias, para rediseñarlo", ha explicado Palacín, que ha añadido que "1.000 de las encuestas han sido telefónicas y aleatorias para garantizar la representatividad de la muestra".

Según el estudio, sólo el 24 % de los padres encuestados "priorizan una buena preparación académica", ha explicado Palacín, que ha señalado que "éste es un aspecto que las familias ya dan por superado".

A la lectura de los resultados, las familias reclaman una educación "más holística, que además de conocimientos tradicionales integre aspectos como el fomento de la creatividad y el espíritu crítico para afrontar los retos del siglo XXI", que son aspectos comunes a la educación en toda Europa, ha manifestado Plaacín

Entre las familias con padres con nivel de estudios superior, el 42,4 % demanda a la escuela que fomente el espíritu crítico y la creatividad como elementos que ayudarán a sus hijos afrontar el futuro, mientras que el porcentaje baja al 27,7 % entre los padres con estudios secundarios y desciende hasta el 19,7 % entre las familias con estudios obligatorios o inferiores.

El 33,7 % de este último grupo valora una buena preparación académica como esencial para tener garantías de éxito en el futuro, por sólo el 23,6 % de los padres con estudios superiores.

Estos datos "marcan una tendencia de futuro", según la directora del área de investigación de la Fundación Jaume Bofill, Mónica Nadal, para quien "a medida que el nivel educativo de la población se incremente, lo hará la demanda de una escuela proveedora de competencias como creatividad y espíritu crítico".

El 66 % de las familias catalanas, según el estudio, consideran que la educación que reciben sus hijos es "buena o muy buena" y califican con un 6,2 sobre 10 el sistema educativo catalán.

Los datos coinciden con los resultados de la encuesta llevada a docentes por la Fundación Bofill, que también valoraron con un 6,2 el sistema educativo, lo que "evidencia que existen visiones coincidentes y que maestros y familias reman en la misma dirección", según Palacín.

La primera encuesta reveló que el 64 % de los docentes reclaman más innovación educativa y, según el actual estudio el deseo de innovación pedagógica es mayoritario en las familias de todas las etapas educativas, que lo reclaman en un 56,5 %, por lo que "las familias avalan la innovación pedagógica que se está llevando a cabo en Cataluña", ha considerado Palacín.

El 45 % de las familias cuyo hijo va mal o muy mal en los estudios considera que al escuela "no motiva nada o poco a su hijo", y suspenden a la escuela en orientación y acompañamiento (4,5 sobre 10), en la manera de enseñar (4,4) y en el nivel de exigencia y resultados académicos (4,7).

Estos datos convergen con los arrojados en la encuesta a docentes, en la que éstos señalaron como capítulos más afectados por los recortes la atención a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales y la tutorización de los alumnos.

El estudio también revela que las familias son "moderadamente optimistas" respecto a la mejora de la escuela en los próximos 3 años, ya que el 45,9 % cree que mejorará y el 34,6 % piensa que seguirá igual, incluyendo aquellas familias cuyos hijos van mal en la escuela.