Maximizar el aprendizaje y al mismo tiempo prevenir el acoso escolar es el objetivo de las nuevas pedagogías aplicadas al aula. Programas novedosos que fomentan que nuestros hijos vayan contentos al colegio y al instituto, que aprendan y saquen el máximo partido a sus capacidades y gustos. Se acaban de analizar en el V Encuentro de Acciones Innovadoras de Escuelas Católicas.

Se han dado cita 250 profesores y han expuesto 37 buenas prácticas que han demostrado ser últimes y eficaces en el aula desde infantil hasta formación profesional y en diferentes contextos para fomentar cambios en la forma de enseñar.

Unos cambios encaminados a crear centros escolares en los que los alumnos tienen cada vez mayor particiapación y en los que se aprende de forma práctica, en pequeños grupos o mezclando edades en espacios especialmente diseñados para fomentar la interrelación y el aprendizaje.

Lo explica a COPE Margarita García que es responsable de innovación de la Fundación Educación y Evangelio y como tal responsable de innovación de 13 colegios de Escuelas Católicas.

Su trabajo consiste en fomentar la creación de espacios y programas diseñados para que niños y adolescentes “se diviertan y aprendan disfrutando, que vayan contentos cada mañana y que sientan que cada uno puede aportar, que forma parte de una comunidad mayor, que se le tiene en cuenta, se le respeta y que aprenden”.

Motiva a profesores y también a padres en cómo trabajar para que cada niño pueda sacar el máximo partido a sus capacidades y gustos.

Lograrlo pasa desde por transformar espacios “con proyectos arquitectónicos más acogedores habitales y transparentes". También por cambiar la forma de trabajar “en grupos más pequeños con métodos de enseñanza que van más allá de la tradicional inteligencia lingüística o la lógica-matemática”.

Todo porque “hay muchas inteligencias” y aunque “hay que trabajarlas todas, para fijar nuevos conceptos o prácticas es mejor empezar con aquellas en la que nuestro hijo es fuerte para después cultivar también las otras”.

En estos colegios que aplican la innovación educativa, las notas cuentan sí pero como una oportunidad de mejora.

Y es que según explica García “claro que queremos resultados pero él no es su nota, es mucho más que su nota, que esa calificación. Lo que te educa también es el proceso, es el cómo, lo que sucede no es la meta. Entonces si tu como adulto confías en ellos les enseñas también a confiar en ellos mismos”.

 

Ejemplos prácticos
 

Esta nueva pedagogía funciona en el colegio Cristo Rey de la Avenida de San Luis en Madrid. La dirección a cargo de la madre Cristina Blazquez trabajan porque el colegio sea como una “segunda familia” y porque los almunos aprendan divirtiéndose. Es así es como con tan solo 5 años en la clase de infantil de Pablo ha entrado la ciencia en forma de experimentos “clase de química, mezclando los colores”.

No es lo único que mezclan en esta experiencia con la que llevan un año y titulada “En Infantil hay química”, también las edades. Y es que cada dos meses el profesor de estos preescolares son alumnos de Bachillerato como Raquel “todo lo que aprenden, todas las conclusiones que sacan, lo hacen jugando. Lo pasan bien y además aprenden algo útil para ellos. A mí también me aporta al igual que clases de física y química con aplicaciones prácticas, con situaciones reales, es lo que más ayuda” a aprender.

Un profesor innovador vale por dos! ����‍������‍�� y hoy tenemos 250!! ��Comienza el V Encuentro de Acciones Innovadoras @InnovacionECM @ecatolicmadrid pic.twitter.com/EDLAPnjAcy

— Graciela G.Oyarzabal (@GracielaECM) 20 de abril de 2018

Modelos muy prácticos que se emplean en muchas otras asignaturas y que a decir de los principales interesados funcionan. Sirven a decir de su profesora de química Amparo Teixeiro “para descubrir desde muy temprano vocaciones científicas, para entender y observar nuestro entorno y para razonar y sacar conclusiones”.

Mates chef, Siento luego Existo, Borrados de la Historia o Lectura como Antídoto contra el Virus Ignorantium o Escape Rooms Filipenses son algunos de estos otros proyectos novedosos y muchas veces se combinan también con tecnología. Llevar las clásicas asignaturas al terreno de lo que interesa a niños y adolescentes como clave para mejorar el aprendizaje y el ambiente.