"En España existe un discurso pesimista sobre que la educación no ayuda a mejorar", según la pedadoga y experta finlandesa Tiina Mäkelä, quien dice que, aunque "hay escuelas españolas y materiales exitosos", debe lograrse que la sociedad valore más su sistema educativo y la docencia.

Es la receta imprescindible para mejorar el sistema que aplicó Finlandia exitosamente en la revolución educativa que puso en marcha en los años setenta y que ha explicado en una entrevista a Efe la doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Jyväskylä.

La reforma educativa finlandesa ha llevado al país nórdico a acaparar los primeros puestos de Europa en los informes PISA y a cambiar la "valoración social de la educación" para que, ahora, "los mejores" quieran ser docentes.

"Las carreras más interesantes son medicina, derecho y maestro de primaria", asegura la pedagoga, que recalca que esto permite poder "seleccionar a los mejores de entre los candidatos" que, además, tienen una gran vocación.

Para Mäkelä también es indispensable "la participación de todos", también de las empresas, que han aportado su visión sobre las necesidades para abordar los cambios de contenidos en los currículos.

Y todo ello, sin olvidar las diferencias territoriales entre zonas "más industriales o agrícolas para no perder la conexión con la sociedad e incorporarlas a los temarios".

También destaca la importancia de incluir en estos currículos, las herramientas necesarias que los alumnos han de adquirir para saber usar los contenidos, mientras se les enseña a trabajar en equipo, a informarse y a "aprender con los sentidos.

El trabajo realizado en Finlandia también ha dado sus frutos en el combate del abandono escolar, que se ha reducido a un 4 % (18 % en España).

"El futuro de cada niño es importante, pero el país no puede perder dinero", por lo que se ha apostado por "invertir mucho en la prevención", asegura la educadora.

Un factor que también se ha utilizado para acabar con el acoso escolar, para lo que se ha diseñado el Programa Kiva, basado en la prevención e integración y en la importancia de enseñar competencias socioemocionales, sin olvidar la "intervención cuando se sospecha que pasan cosas".

Desde que se empezó a trabajar con este sistema en 2009, el país nórdico ha logrado reducir el acoso hasta unas cifras del 10 %, teniendo siempre en cuenta que "hay que trabajar a largo plazo".

En España -según los datos facilitados por la ONG Save the Children y la asociación catalana SEER el pasado 2 de mayo, con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar- afecta al 9 % de los estudiantes de entre 12 y 16 años y un 7 %, sufren acoso escolar cibernético

La pedagoga finlandesa también apuesta por desarrollar "un trabajo de todos" entre sociedad y escuela para terminar con la corrupción y evitar que los valores educativos entren en conflicto con los de la familia o el mundo laboral.

En este sentido reconoce que en Finlandia también hay casos de corrupción y destaca el caso reciente de un político que en sus estudios de máster "había citado mal las referencias" y tuvo que explicar "este mal uso de las fuentes en su investigación" porque en la primaria en Finlandia se aprende a respetar "la autoría de otras personas".

Sin embargo, relata una realidad muy distinta a la española cuando se refiere al valor que el país nórdico da a los certificados educativos.

"En nuestra sociedad se valoran más los hechos y el papel no tiene tanta importancia", asegura la experta educativa al preguntarse "¿qué valor tiene un certificado si no se tienen las competencias?".

Por ello, destaca que, como se valora la capacidad real de cada persona, "no hace falta falsificar un currículo porque los hechos demuestran quien eres".