Un nuevo biosensor óptico en cuyo desarrollo han colaborado investigadores de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona permite detectar problemas alrededor de heridas crónicas, como úlceras diabéticas de los pies, úlceras de presión o úlceras venosas de las piernas.
El nuevo biosensor óptico facilita la detección rápida del biomarcador TNF-alfa, cuya sobreproducción se asocia a la inflamación persistente, a la cicatrización de heridas y a la destrucción de tejido, han informado fuentes de la universidad catalana (URV).
El nuevo biosensor se ha diseñado con un material altamente penetrable llamado alúmina nanoporosa, cuya superficie se modifica químicamente para que quede unida selectivamente al biomarcador TNF-alfa, y que además no detecta falsamente otros elementos que se podrían encontrar en los líquidos de las heridas.
La unión del biomarcador TNF-alfa con la superficie de nanoporos resulta un sensor de alta sensibilidad cuya respuesta es óptica y que permite detectar niveles de señal ínfimos.
El objetivo de los investigadores es que en un futuro el sensor pueda utilizarse desde los domicilios y que el paciente envíe los datos obtenidos al centro de salud para que sean analizados.
De este modo, se evitaría el desplazamiento del enfermo y mejoraría el control en la evolución de la herida, además de disminuir los costes económicos del tratamiento.
La investigación es fruto de una colaboración entre el grupo de investigación NePhoS (Sistemas Nanoelectrónica y Fotónicos), del Departamento de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática de la URV, dirigido por el profesor Lluís Marsal, y el grupo de investigación del Instituto Future Industries de la Universidad del Sur de Australia, dirigido por el profesor Nicolas H. Voelcker.