El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha subrayado hoy que la formación de los profesionales de la Justicia es una "de las armas más potentes" para combatir la violencia contra la mujer, si bien -ha reconocido- no es suficiente y pasa también por cambios culturales, de conducta y de interpretación de las normas.

Catalá ha respondido así en el pleno del Senado a la parlamentaria de Podemos María Freixanet, que le ha preguntado por la forma en la que el Gobierno piensa cumplir con las medidas recogidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género relativas a la formación de los profesionales jurídicos.

En este sentido, el responsable de Justicia ha explicado que sus competencias se limitan a la formación de fiscales y funcionarios de la administración de Justicia; pero los jueces "tienen su independencia" y corresponden al Consejo General del Poder Judicial y abogados y procuradores a sus consejos generales.

Y en ambos casos le "consta" que lo están haciendo".

Como también en el Centro de Estudios Jurídicos, donde se forman a los fiscales, letrados de administración de Justicia y funcionarios que sí son de su competencia y donde se han triplicado el número de horas de formación y las personas a las que van dedicadas "para que sean cursos intensos y con duración importante", ha recalcado.

Para Freixanet, sin embargo, que ha ironizado con el "consenso" generado por Catalá entre jueces, fiscales y abogados con la primera huelga conjunta que han convocado y que celebran hoy, el caso de La Manada "puso de manifiesto que no somos creídas ni se comprende cómo funciona esta violencia".

"¿Qué va a hacer para que la Justicia ampare a las mujeres?", le ha espetado la parlamentaria recordándole que el Pacto de Estado exige esa formación de género para todos los operadores jurídicos y que, en su opinión, debe ser "estructural".

Pero a juicio de Catalá esta actividad formativa no basta, y por ello los Presupuestos Generales del Estado prevén un incremento "muy importante" de dos créditos para la formalización de convenios con los colegios de psicólogos, para aumentar las subvenciones a los colegios de abogados para la asistencia jurídica gratuita en materia de violencia de género y para los equipos psicosociales.

"Estoy convencido de que este cambio conceptual en relación con la violencia, y en general con la igualdad y con la visión de género, pasa por la sensibilización de todos los profesionales, por el uso del lenguaje, por la modificación cultural de muchos aspectos que tienen que ver sin duda con la interpretación de las normas, y también por códigos de conducta", ha enfatizado.