Cada vez se da más la situación de que los hijos son los que piden a los padres que dejen de conducir. No son conscientes de sus limitaciones y no quieren perder su independencia. En los últimos años ha aumentado la siniestralidad de los mayores. No parar en un stop, no respetar la prioridad o la distancia de seguridad, y conducir a velocidad inadecuada son las infracciones más habituales. Y son los que menos usan el cinturón de seguridad.

Afortunadamente no es el caso de Pedro. No tuvo nunca un accidente, pero sigue enfadado porque con 88 años, su hijo Jose Manuel le pidió, hace ya dos, que no renovara el carnet. ”Le convencimos de que no era conveniente que siguiera conduciendo a su edad, y continúa enfadado. Todos los días nos lo recuerda”. Hasta ese momento iba 4 o 5 veces al año a Benidorm y nunca tuvo un accidente. “No tenía ningún problema, conducía perfectamente, algo más lento de lo normal por precaución pero jamás tuvo ni siquiera un roce en el coche. Y lo llevaba siempre a punto”, señala a COPE.

Pedro parece la excepción en este caso porque según los datos de la DGT los mayores llevan coche más viejos que la media. Por encima de los 11 años lo que aumenta la siniestralidad. El catedrático de seguridad Vial y presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial Luis Montoro explica en COPE que según la OMS “se puede conducir mientras se tengan las condiciones psicofísicas adecuadas y para eso están los reconocimientos pero antes los periodos a partir de 70 años eran cada dos años y ahora se han aumentado a 5”.

Actualmente, en España los mayores de 65 años representan el 17 % de la población, y tres millones de ellos son conductores de vehículos, según datos del INE. "El problema de la accidentalidad de este grupo de mayores es muy grave, que va aumentando sistemáticamente y que se va a agravar con el paso del tiempo", ha advertido Montoro, que además cree que esto se debe también al desconocimiento de estos de las normas de circulación, así como de los riesgos.