En los próximos días se cumplirá un año de la batalla de Vistalegre 2 tras la que Iñigo Errejón, derrotado, pactó con el triunfante Pablo Iglesias su destierro lejos de la primera línea nacional, su Santa Elena particular en forma de candidatura a la Comunidad de Madrid.

“Le quiero pedir a Íñigo que se ponga a trabajar ya para ganar la Comunidad de Madrid”. Con esa frase, Iglesias quiso volver a poner bajo los focos en el último Consejo Ciudadano a su otrora número dos que huye de ellos hace tiempo. Y es que en realidad lleva meses trabajando en su nuevo cometido. Cual hormiga. A la vieja usanza, pateándose pueblos y barrios, reuniéndose con colectivos locales, denunciando los problemas del transporte, la sanidad o la educación en la región.

Si hacemos un simple rastreo a sus redes sociales, le encontraremos en los círculos de Móstoles, Leganés, Fuenlabrada, San Sebastián de los Reyes, Rivas o Alpedrete; sirviendo cervezas en las fiestas patronales de Mejorada del Campo, Parla, Aravaca, Vallecas o Arganzuela; con los vecinos de Carabanchel, Chamberí o San Blas-Canillejas; bailando un chotis en la pradera de San Isidro, en la Feria del Libro del Retiro y en el desfile del World Pride Madrid; con los trabajadores del 112 o atrapado en un Cercanías para denunciar las averías de los trenes. Por supuesto, no pierde oportunidad de vincular a Cristina Cifuentes con la corrupción o para presumir de los logros del Ayuntamiento de Manuela Carmena.

Sin embargo, Errejón sigue sin oficializar su candidatura. Fuentes del partido explican a Cope que creen que no lo hará hasta que estén convocadas de forma oficial las primarias, lo que podría ser poco tiempo antes de las elecciones. En su entorno aseguran que lo quiere tener todo atado. Se refieren a las negociaciones abiertas ahora mismo para que Anticapitalistas no presente un candidato alternativo. Los contactos con ellos son “habituales” y la condición que le habrían puesto es no entrar en un gobierno regional encabezado por el PSOE. Sólo están dispuestos a compartir ejecutivo si Podemos es el más votado de los dos.

Si Errejón acepta, habrá lista unitaria a las primarias. En caso de no llegar a un acuerdo, Anticapitalistas tendría que buscar entre sus filas a quien presentar a sabiendas de que sus opciones de victoria son mínimas. Lorena Ruiz-Huerta, actual portavoz en la Asamblea, parece descartada por motivos personales e Isabel Serra, que ya se presentó a las últimas elecciones internas, no parece muy dispuesta a día de hoy.

En este proceso hay además al menos otras dos incógnitas por despejar. La primera, el papel de Ramón Espinar. Destacado rival político de Errejón, el líder regional del partido fue de los más críticos con el pacto por el que Iglesias le envió a pelear por la Comunidad de Madrid. Ahora guarda silencio público, no se sabe si a cambio de alguna promesa de futuro para él.

La segunda incógnita: quién sería la número 2 de la candidatura para lo que se barajan los nombres de Rita Maestre y de Tania Sánchez. Maestre, uno de los rostros más conocidos que le apoyaron en Vistalegre 2, duda si cambiar a Carmena por Errejón. Sánchez trabaja codo con codo con el futuro candidato como una de las personas que mejor conocen en el partido morado las claves de Podemos en la Comunidad de Madrid.