El presidente de la Sala de lo Penal, Juan Saavedra, será el ponente de la resolución que dicte el alto tribunal. La Audiencia Provincial de Sevilla condenó a Miguel Carcaño a 20 años de cárcel por el asesinato de la joven y le absolvió del delito de violación. Asimismo, absolvió al hermano, a la novia del asesino confeso y a Samuel Benítez de ayudarle a ocultar el cadáver de Marta. La Sala celebró el pasado día 7 de noviembre una vista pública para revisar los recursos interpuestos contra la resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla que fueron presentados por la Fiscalía, el único condenado por estos hechos, Miguel Carcaño, y los propios padres de la joven sevillana. El fiscal y el abogado de los padres de Marta del Castillo solicitaron a los magistrados del Supremo que anulen la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla por la muerte de la joven y ordene la celebración de un nuevo juicio, con el fin de que los tres supuestos cómplices sean también condenados por la muerte de la joven. El Ministerio Público pide que Carcaño sea condenado por un delito contra la integridad moral de los padres y que los acusados paguen los 616.319 euros que costó la búsqueda del cuerpo desde su desaparición, en el río Guadalquivir, en el vertedero de Alcalá de Guadaíra y en la zanja de Camas. Tanto el fiscal Fernando Sequeros como la acusación particular tildaron durante la vista pública de "arbitraria" y alejada a las reglas de la "más elemental lógica" la valoración de la Audiencia de Sevilla. El abogado de la familia reclamó la nulidad de la sentencia y la repetición del juicio ante "magistrados que no estén contaminados" o ante un jurado popular. En su sentencia, la Audiencia Provincial de Sevilla consideró probado que Miguel se dirigió el 24 de enero de 2009 con Marta al piso de León XIII en el que residía habitualmente su hermano y cuando se encontraban solos "comenzaron a discutir por razones de la relación sentimental que mantuvieron en su día". En ese momento, el autor confeso del crimen cogió "de repente" un cenicero que había en una mesa y "con un movimiento rápido y brusco, con gran fuerza, golpeó" a la víctima, quien cayó al suelo debajo de la mesa del ordenador, "con la cabeza y la cara ensangrentadas, falleciendo de inmediato". Tras ello, Miguel comprobó que estaba muerta con un tensiómetro, añade el fallo, que considera que la versión del estrangulamiento "no viene corroborada por dato objetivo alguno". En ese momento se presentó en la vivienda el 'Cuco', y, "tras discutir sobre qué hacer, decidieron hacer desaparecer el cadáver", añadiendo que "entre los dos y con ayuda de al menos un tercero desconocido colocaron el cuerpo en una silla de ruedas, y de esa manera lo sacaron de la vivienda haciendo desaparecer el cadáver en lugar que se desconoce", todo lo cual se produjo, a juicio de la Audiencia Provincial, a las 22,15 horas.