En las últimas semanas los representantes de Asaja-Sevilla en todas las comarcas de la provincia han detectado "un significativo" incremento del número de robos en explotaciones agrícolas y en instalaciones públicas y privadas del mundo rural. "A los robos de transformadores, tendidos eléctricos, placas solares, tubos e instalaciones de riego, aperos agrícolas o ganado, que desaparecen con relativa facilidad en explotaciones que se encuentran en mitad del campo, vienen a sumarse los robos de cosechas, y especialmente de aceitunas de molino", ha señalado. Ante la impunidad con la que actúan los amigos de lo ajeno, según Asaja-Sevilla, "cunde el desanimo y la desesperación" entre agricultores y ganaderos, que en algunas comarcas y al menos hasta que finalicen las campañas de recolección han optado por contratar guardas particulares y organizar patrullas de vigilancia con carácter disuasorio, que en algún caso han dado lugar a enfrentamientos entre agricultores y delincuentes. Esta situación preocupa "enormemente" en Asaja-Sevilla y así se lo ha trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil y a la Subdelegación del Gobierno instándoles a poner en marcha un Plan de Actuación urgente que incremente la presencia de efectivos en el campo y en los principales nudos de comunicación, que extreme el control sobre los puestos de compra de productos agrícolas y refuerce la coordinación con las distintas guarderías rurales, que con su presencia continua en el campo pueden suponer un apoyo fundamental en la lucha contra la delincuencia. Asimismo, ha trasladado a los agricultores y ganaderos, las cooperativas y los habitantes del mundo rural algunas recomendaciones para evitar, en la medida de lo posible, los robos y los cuantiosos daños que estos saqueos provocan en las explotaciones. De esta manera, recomienda iniciar la recolección por las áreas más próximas a los caminos y carreteras en las zonas más visibles; evitar dejar la cosecha recolectada, la maquinaria y los utensilios en el campo; trasladar lo antes posible el fruto a la cooperativa o punto de venta; considerar elementos de riesgo la presencia o movimiento de personas desconocidas en la zona; si la maquinaria debe quedarse de noche en el campo, hay que emplear sistemas de sujeción para dificultar el robo; guardar las referencias de las maquinarias y utensilios empleados (marca, modelo, número de serie, etcétera); instalar alarma en las edificaciones que haya en la finca para guardar aperos y productos; tener a mano los teléfonos para avisar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional (062, 091 ó 112); anotar las matrículas de vehículos sospechosos, y en caso de robo, presentar inmediatamente la denuncia. Por último, Asaja-Sevilla ha instado a los agricultores a que "ahora más que nunca" denuncien no sólo los robos, sino también la presencia de vehículos o individuos sospechosos, requisito "indispensable" para que la Guardia Civil pueda cumplir de forma más eficaz con su trabajo. Sólo un ocho por ciento de los agricultores que han sido víctimas de algún tipo de hecho delictivo llegan a interponer la denuncia, según ha advertido la organización agraria.