San Eduardo, rey

Por su parte, la Iglesia está a punto de sufrir el Cisma entre Oriente y Occidente de Focio y Cerulario. A los diez años, las circunstancias de la vida, le hacen huir al Ducado de Bretaña del que son titulares sus tíos, la zona más civilizada del Viejo Continente. Allí recibiría la noticia de la muerte de su padre. Por entonces, su madre le abandona, casándose con el impío Knut, el nuevo tirano danés. Todas estas situaciones le acercan a unos monjes daneses que le abren su corazón a Dios. Imbuido del espíritu de la Fe, rechaza ser Rey de Inglaterra cuando ve muchos escándalos y conspiraciones, siendo monarca a los cuarenta años. Su reinado está lleno de reconciliaciones y desprendimiento por lo que los pobres empiezan a tener alimento y bienes. Una de sus intencione sfue peregrinar a Roma, al Sepulcro de San Pedro. Sin embargo los súbditos se lo desaconsejaron por temos a una rebelión en su reino que no alcanzaba nunca la paz plenamente. El monarca lo consultó al Papa San León IX quien le instó a la prudencia de sus cortesanos y, a cambio, le animó a costar con el dinero que iba a gastar en el viaje un Monasterio en honor de San pedro y a repartir el resto entr elos necesitados, como así lo hizo. Antes de morir hubo de intervenir en más enfrentamientos en su reino, desterramndo a los rebeldes con profundo dolor puesto que su sencillez le alejaba de esas decisiones que sólo las llevaba a cabo cuando no había más remedio. Muere en el año 1065, siendo canonizado el 1161. Sus restos son trasladados por Santo Tomás Beckett a Westminster, un 13 de octubre por lo que se estableció este día para su celebración en el calendario. Iconografía: Se le represent acon la Corona y el Cetro, signo de su realeza. Otros Santos: Fausto, Adrián y Mártires de Ceuta.