Jesucristo sube a los cielos en la Pasión Viviente de Castro Urdiales

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Jesucristo ha subido a los cielos de Castro Urdiales, tras morir en la cruz y resucitar, en una nueva representación de la Pasión Viviente interpretada por más de 700 actores entre las principales vías y monumentos del municipio, que se retrotraen 2.000 años para otorgar mayor veracidad a las escenas.

La localidad cántabra de Castro Urdiales ha acogido un viacrucis popular de las últimas horas de la vida de Jesús de Nazaret caracterizado por su "familiaridad y realismo" que ha vuelto a congregar, en esta 34 edición, a miles de personas procedentes de Cantabria, otras comunidades autónomas y del extranjero.

Se trata de un trabajo de todo un año que culmina este Viernes Santo con una puesta en escena que, según explica el coordinador de la Pasión Viviente, José Ramón Arozamena, "no deja indiferente a nadie" y que cada "uno vive a su manera, desde el respeto, la creencia o simplemente el valor artístico".

Pese a que ha arreciado viento fresco en los últimos momentos de la obra, una favorable meteorología, con cielo despejado y temperatura media, ha permitido culminar todos los actos sin incidentes en algo más de cuatro horas.

El casco histórico de Castro Urdiales, la iglesia de Santa María, La Atalaya o la plaza del Ayuntamiento han sido una vez más los enclaves principales de una representación donde la espectación de los asistentes ha sido el denominador común.

Sobre todo en los momentos donde la interpretación de los protagonistas llega a su cenit, como en las caídas de Jesús con la corona de espinos y el madero de 30 kilos, la flagelación, el encuentro con los leprosos, o el semblante compungido de la Virgen María al tener a su hijo muerto entre sus brazos.

La obra ha vuelto a rememorar actos como la Última Cena de Jesús con sus discípulos, el prendimiento, los juicios del Sanedrín, Pilato y Herodes, el arrepentimiento de Judas, la crucifixión, la muerte, el descendimiento y la resurrección.

La asociación de la Pasión Viviente se encarga de impulsar este espectáculo cuidando hasta el mínimo detalle para convertirlo en un icono de la Semana Santa que, además, fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2012.

Sus comienzos datan de 1984 cuando un grupo de 60 amigos decidieron embarcarse en la aventura de representar la vida de Cristo con personajes reales.

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