El voto de la ex de Podemos Nerea Belmonte que ha dado la alcaldía de Alicante al Partido Popular no es el único ejemplo de transfuguismo político que ha decidido puestos de mando públicos, ni será, seguro, el último. En España hay varios ejemplos desde la reinstauración de la democracia, y en todas las latitudes. Incluso existe un pacto antitransfuguismo suscrito en el Congreso de los Diputados en 1998, pero eso no ha evitado que se sigan dando casos. El más famoso, sin duda, es el 'tamayazo':

Tamayo y Sáez: dos socialistas que votaron a Esperanza Aguirre

El caso más sonado de transfuguismo tiene hasta nombre propio en España: el 'tamayazo'. Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez eran dos diputados del Partido Socialista de la Comunidad de Madrid que, a cambio de su voto, permitieron que la popular Esperanza Aguirre fuera presidenta regional.

En las elecciones autonómicas de 2003, el PP obtuvo 55 diputados, el PSOE 47, e Izquierda Unida 9, por lo que estos dos últimos partidos sumaban mayoría absoluta con 56 asientos en la Asamblea de Madrid. Sin embargo, el 10 de junio, día en que los nuevos diputados elegían la presidencia de la cámara, Tamayo y Sáez, parlamentarios socialistas electos, no se presentaron. Con su ausencia, el PP colocó a Concepción Dancausa como presidenta de la Asamblea.

Ambos tránsfugas tomaron posesión de sus actas, pero en el Grupo Mixto. Ni populares ni socialistas consiguieron formar gobierno con esta nueva situación, y unas nuevas elecciones autonómicas, en octubre, dieron mayoría absoluta a Aguirre.

El escándalo dio lugar a una comisión de investigación. El PSOE decía que ambos diputados recibieron dinero procedente de una trama inmobiliaria y urbanística que beneficiaba a los populares; estos hablaban de fracturas internas en las filas socialistas, mientras que el propio Tamayo se excusaba en negar un pacto con IU. El caso acabó quedando en el olvido tras las segundas elecciones.

Líos de familia en Las Palmas, 1987

"En todas las familias cuecen habas" es una expresión para referirse a que en todos los grupos humanos hay conflictos y roces. Pero en el caso del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es algo literal. Las elecciones municipales de 1987 las ganó el Centro Democrático y Social, con José Vicente León al frente. Sin embargo, una moción de censura del PSOE e Izquierda Canaria Unida salió adelante gracias al voto de un concejal centrista, Miguel Ángel León, primo del hasta entonces alcalde, quien no dudó en llamar "traidor" a su familiar.

Transfuguismo también en los pueblos más pequeños: el caso de Boimorto

Ocurrió en agosto de 2015 en un pequeño pueblo de algo más de 2.000 habitantes en A Coruña. El Ayuntamiento de Boimorto estuvo, hasta entonces, gobernado por el Bloque Nacionalista Galego, a quien apoyó el PSOE tras los resultados de las elecciones locales de mayo de ese mismo año. Sin embargo, un concejal que fue en las listas socialistas, José Balado, cambió de opinión solo 3 meses después, y una moción de censura del Partido Popular salió adelante con su apoyo. 

Casualmente, Balado acabó por no integrarse en el Grupo Municipal Socialista al fomarse la corporación. El movimiento fue tildado de "premeditado" por parte del BNG para sortear los límites legales. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General impide que una moción de censura contra un alcalde pueda salir adelante con los votos de concejales que hayan formado parte del grupo municipal del regidor desalojado.

Existe un pacto antitransfuguismo

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Se aprobó en el Congreso de los Diputados en 1998, con el apoyo de todos los partidos. Se renovó en 2000 y 2006, limitándose su actuación a las corporaciones locales. Los grupos políticos que suscribieron aquel pacto se comprometieron a no permitir en sus filas a ediles que decidieran abandonar la formación política con la que se habían presentado, pero no su acta pública.

Además, impide que, por el voto de un tránsfuga, se puedan mantener o cambiar las mayorías de gobierno de las instituciones públicas. Como hemos visto, papel mojado.