La "herencia" recibida por Pedro Sánchez de manos de Mariano Rajoy será mejor que la que el líder popular recibió de Zapatero en 2011. Al menos, en materia de desempleo. Tres días después del cambio de Gobierno, se ha conocido que el número de parados registrados en los servicios públicos de empleo se redujo en mayo hasta los 3.252.130 personas, la menor cifra desde diciembre de 2008.  Según los datos de Empleo, respecto a mayo de 2017, se registraron 208.998 desempleados menos. También hay buenos datos en la seguridad social: el aumento medio de 237.207 cotizantes con empleo es el más alto de la serie del Ministerio de Empleo. Ya son 18,9 millones los españoles que tienen un empleo.

Los datos en la salida de Rajoy son manifiestamente mejores que los que encontró cuando llegó a Moncloa. En diciembre de 2011, el número de parados registrados se situó en 4,22 millones de personas. Es decir, en seis años de gobierno la cifra ha caído en un millón.  Si miramos a comienzos de 2013, cuando se alcanzó el máximo de apuntados en las listas del antiguo INEM, la resta roza los 1,8 millones. En cuanto a personas trabajando, se ha pasado de 17,2 millones a los 18,9; casi dos millones más. 

Su éxito dista mucho del resultado que Zapatero obtuvo en sus siete años de gobierno. El socialista asumió la presidencia en abril de 2004, cuando el paro oficial en España ascendía a 2.181.546 personas, con una tasa del 10,74%. En 2011, cuando se fue de Moncloa, esta cifra se elevó hasta los 4.422.359 desempleados y un 22,9% como tasa, lo cual arrojó como resultado un total de 2.240.813 parados más. En cuanto a la creación de empleo, el balance de Zapatero fue prácticamente nulo. La tímida reforma laboral aprobada por el Ejecutivo bajo la presión de Europa y de los mercados fue insuficiente para reactivar el mercado de trabajo.