El sacerdote Naim Shoshandy fue uno de los 120.000 cristianos que se vieron obligados a huir tras la toma de Mosul por parte de las tropas terroristas del Estado Islámico. Este sacerdote tuvo que huir con su familia un 6 de agosto de 2014, dejando atrás su tierra, Irak. Como la gran mayoría, salió sólo con la ropa que llevaba puesta mientras su ciudad, Qaraqosh, quedaba destrozada por las bombas y repleta de cadáveres. Este sacerdote reside desde hace dos años en España y ejerce como tal, concretamente en el templo de Nuestra Señora de las Angustias de San Felipe Neri, en Albacete. Ahora tiene un mensaje, tras la expulsión de los terroristas de Irak aboga por una gran reconciliación entre musulmanes y cristianos. “Los cristianos de Irak tienen una fe muy fuerte, de verdad nadie deja al lado la fe allí, prefieren todos morir antes que convertirse al Islam” asegura este cura iraquí en ‘La Noche de COPE’. El padre Naim Shoshandy permaneció durante dos años junto con otras 2.000 familias en un campo de refugiados en la ciudad de Ankawa, en la zona del Kurdistán, donde se instaló la colonia cristiana. Shoshandy regresó a su ciudad de origen la pasada Semana Santa y permaneció allí 14 días con sus compatriotas cristianos. Afirma que, aunque el Dáesh ha salido de Irak no hay seguridad para las personas, además, falta comida, medicinas y agua. Este sacerdote considera necesaria la convivencia entre cristianos y musulmanes para poder comenzar de nuevo la reconstrucción de Irak. Por el momento el panorama es desolador y los jóvenes de aquel país no tienen trabajo. En las últimas fechas la iglesia católica está ayudando a reconstruir las casas de aquel país a través de un proyecto solidario.