Aunque te parezca descabellado, funciona y la relación entre paciente y animal llega a ser tan intensa, que les permite a los primeros que sea menos penosa la estancia hospitalaria. Esto es lo que ha conseguido un programa de voluntariado que se desarrolla en el Hospital La Fe de Valencia, que se llama “Can de la mano” y que ofrece un perro como terapia y desconexión ante una larga estancia hospitalaria a pacientes con una dolencia oncológica, psiquiátrica o una lesión medular.
Uno de los responsables de esta práctica es el doctor Ramón Mínguez, jefe de la unidad de enfermedades del niño del Hospital la Fe de Valencia. El proyecto comenzó en 2016 como fase piloto en oncología pediátrica y los primeros contactos fueron tan bien que decidió extenderlo a otro tipo de pacientes.
La singularidad de este proyecto radica en que son los propios profesionales sanitarios los que de forma voluntaria y altruista ceden a sus mascotas.
El programa incluye un proyecto de investigación para saber el impacto de esta actividad en los pacientes y comprobar si hay beneficios positivos.
Para saber de primera mano los resultados, hemos tenido también el ‘La Noche de COPE’ a Elisa Tomás, madre de Julia, que ha pasado por esa terapia.
Escogieron el perro según el carácter de Julia y ella estaba acostumbrada a lo perros. La relación fue fantástica y sabía que cuando llegaba su perra Alma, iba a salir de la habitación.
Julia tuvo una leucemia y tuvo que pasar dos años con este tratamiento pero su madre aconseja esta terapia y anima a que se haga en otros hospitales.