La tradicional Liga de Verano de la NBA, donde los jóvenes valores tratan de mejorar y mostrar sus cualidades ante los directivos de los respectivos equipos, cumplió su segunda jornada en la que Juancho Hernangómez brilló a pesar que los Nuggets de Denver perdieron 99-102 ante los Rockets de Houston.

Precisamente, los Rockets tuvieron la doble satisfacción de conseguir la victoria en el debut de la liga, que se disputa en Las Vegas (Nevada) y ver por primera vez en acción a su nuevo jugador, el pívot chino Zhou Qi, de 21 años, que impresionó con sus acciones.

Mientras que la jornada también dejó el esperado y publicitado debut del base novato Lonzo Ball, el número dos del draft que seleccionaron Los Ángeles Lakers, y cuyo rendimiento dejo mucho que desear especialmente en el apartado ofensivo, además de que su equipo perdió en la prórroga por 93-96 ante los vecinos de los Clippers.

Antes los Rockets y los Nuggets jugaron un partido muy igualado en el que ninguno de los dos equipos pudo ponerse con una ventaja decisiva en el marcador y hasta el último segundo cualquiera de los dos pudieron conseguir la victoria.

Juancho Hernangómez, de 21 años, mostró su clase y calibre de jugador de la NBA, al conseguir 21 puntos (6-15,4-10, 5-6), ocho rebotes, dos asistencias y dos recuperaciones de balón en los 30 minutos que jugó. Su asignatura pendiente fue el control del balón al perderlo siete veces.

Como ya es habitual, Ball acaparó la atención mediática por lo que fue su debut con los Lakers en la Liga de Verano y el resultado no pudo ser peor para él tanto por la derrota del equipo como por su aportación individual.

Su juego y aportación se quedó en algunas chispas de espectacularidad, como el primer pase de anotación que dio, pero sin consistencia y sobre todo sin ningún tipo de inspiración encestadora. Ball jugó 32 minutos en los que aportó apenas cinco puntos después de fallar 13 de 15 tiros de campo, incluidos 10 de 11 intentos de triples, y no fue a la línea de personal.


La figura de Kevin Durant se agrandó aun más cuando el gerente general de los Warriors de Golden State, Bob Myers, reconoció que sin las concesiones salariales que hizo el Jugador Más Valioso (MVP) de la pasada Final de la NBA, el núcleo del equipo no hubiese podido seguir intacto.

La decisión de Durant de firmar un contrato de dos años por aproximadamente 53 millones de dólares en lugar de ir a un acuerdo máximo fue clave para volver a firmar a jugadores como al escolta Andre Iguodala, al base Shaun Livingston y al pívot georgiano Zaza Pachulia por una temporada más y 3,5 millones de dólares.