El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha propuesto hoy que los grupos puedan poner los símbolos que deseen en el hemiciclo pero solo en sus respectivos escaños, tras el conflicto que desencadenó la colocación de un lazo amarillo en la bancada del Govern en el último pleno.

Torrent, según fuentes de su entorno, ha hecho esta propuesta durante una reunión informal con los portavoces de los grupos esta tarde en el Parlament y la trasladará a la Junta de Portavoces de mañana por escrito para que sea ratificada.

En el último pleno, el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, reclamó la retirada de un lazo amarillo ubicado delante de los escaños de su grupo, en la parte derecha de una primera fila del hemiciclo, aquel día vacía porque está reservada para un Govern que aún no había sido nombrado.

En pleno rifirrafe con Torrent, Carrizosa optó por retirar él mismo el lazo amarillo y el presidente del Parlament tuvo que suspender el pleno y reunir a los grupos, tras lo cual se retomó la sesión con un acuerdo provisional que consistió en mover el lazo al lado izquierdo de la primera fila, alejado de la bancada de Ciudadanos y al lado del presidente catalán, Quim Torra, que estaba solo.

Torrent quiere que el conflicto no se repita en el pleno programado para el miércoles, en el que, esta vez, la bancada del Govern sí que estará llena porque los consellers tomaron posesión el pasado sábado.

En este contexto, el presidente de la Cámara ha propuesto que los lazos amarillos u otros símbolos de diferente índole solo se puedan colocar en los escaños del grupo que los exhiba, siempre que sean respetuosos con los principios democráticos.

En declaraciones a los periodistas, la portavoz adjunta de JxCat Gemma Geis ha deseado que mañana haya un acuerdo unánime mañana en la Junta de Portavoces y ha pedido que no se actúe de forma "agresiva" contra los símbolos que se exhiban, para los que ha pedido "respeto".

Geis ha defendido la exhibición de lazos amarillos porque a su juicio "el Parlament tiene que ser un reflejo de la sociedad y no puede estar cerrado a la realidad de la calle".