“Mi esposa y mis hijos tienen miedo, dormimos en los pasillos y en el cuarto de baño de nuestra casa para protegernos de los bombardeos, y ésta es nuestra vida”. Lo cuenta Mannán, un profesor universitario, desde la ciudad de Afrín -en el norte de Siria-, que está siendo bombardeada desde hace más de un mes por el ejército de Turquía. 

El gobierno turco lanzó el 20 de enero una operación militar contra las milicias kurdas de las YPG en el norte de Siria en la que han muerto decenas de civiles. Amnistía Internacional asegura que los ataques son indiscriminados. Y Mannán lo ha confirma a COPE desde allí. Dice que “caen muchos proyectiles, muchas bombas, lanzadas desde aviones y por la artillería”, y que algunos de estos ataques “van dirigidos contra los civiles, la mayoría de las víctimas son civiles”.

Este profesor kurdo de la universidad de Afrín vive con su familia en la segunda planta de un edificio en el centro de la ciudad. “Todos bajamos al sótano cuando hay bombardeos, y cuando estuchamos que paran volvemos a nuestras casas”, señala. Los aviones y la artillería turcas llevan a cabo sus ataques día y noche, lo que hace que estén permanentemente “nerviosos, con ansiedad, no podemos dormir, porque las casas y las ventanas tiemblan, y todas las noches hay víctimas”. Sólo son capaces de conciliar el sueño cuando hay nubes y los aviones no pueden bombardear. 

Mannán emigró a Afrín desde Aleppo con su familia, huyendo de la guerra. Tiene un hijo de 21 años que estudia en la universidad y una hija más pequeña. Sólo él sale alguna vez de casa para comprar alimentos y agua. A su juicio, “los turcos creían que podrían llegar al centro de Afrín en pocos días, pero la ciudad está rodeada de montañas, son una fortaleza natural, y no han conseguido atravesarlas”. “Dicen que van a matar terroristas, pero no son terroristas, son nuestros hijos, nuestros amigos que están defendiendo Afrín”, añade Mannán.

El gobierno de Recep Tayyip Erdogan puso en marcha la operación “Rama de Olivo”  porque cree que las milicias kurdas de la YPG controlan demasiado territorio en el norte de Siria. En su opinión estas milicias son hermanas gemelas de la guerrilla del PKK, que actúa en suelo de Turquía con atentados indiscriminados y ataques contras las fuerzas de seguridad.