El anuncio de Donald Trum de reconocer a Jerusalén como capital de Israel ha encendido las alarmas y la comunidad internacional reacciona. El Papa Francisco ha mostrado su preocupación ante las posibles consecuencias. 

Con tono grave y preocupado, y sin mencionar explícitamente al presidente norteamericano, Francisco ha sido muy claro. "Dirijo un sincero llamamiento para que sea compromiso de todos respetar el estatus quo de la ciudad, en conformidad con las pertinentes soluciones de las Naciones Unidas". 

Francisco ha recordado que Jerusalén es una ciudad única, sagrada para judíos, cristianos y musulmanes, por lo que reza para que prevalezca la sabiduría y la prudencia y no se incremente la tensión en un panorama mundial "tan dañado ya por crueles conflictos".