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Merkel tiene dos semanas para lograr un acuerdo europeo sobre inmigración

Seehofer comenzará “inmediatamente” a impedir el paso en la frontera alemana a los inmigrantes que tengan prohibido entrar en el país o residir en él.

Ángela Merkel tras la rueda de prensa ofrecida en Berlín.

Ángela Merkel tras la rueda de prensa ofrecida en Berlín. EFE

Corresponsal de COPE en Berlín

Corresponsal en Berlín

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 17:57

A punto de romperse la gran coalición de gobierno alemana y a punto de terminar repentinamente su carrera política, Angela Merkel ha ganado dos semanas de tiempo. Ha aceptado ese plazo, impuesto por su ministro de Interior, el socialcristiano de Baviera (CSU) Horst Seehofer, para lograr un acuerdo a escala europea en materia de inmigración y asilo.

En el último instante, el presidente de la CSU ha concedido dos semanas más, en lugar de comenzar hoy a rechazar inmigrantes en las fronteras alemanas, precipitando así la destitución del ministro y la ruptura del gobierno. Esas dos semanas eran las que reclamaba Merkel para poder cerrar acuerdos bilaterales con países como Italia en el marco de la cumbre del 28 y 29 de junio. La amenaza, sin embargo, no ha sido neutralizada. Si no se alcanza una solución a nivel europeo con un efecto similar, el plan de Seehofer se pondrá en marcha a primeros de julio y el poder de Angela Merkel será ya solamente un poder sobre el papel.

Seehofer, además, no disminuirá el nivel de presión hasta entonces. De momento comenzará “inmediatamente” a impedir el paso en la frontera alemana a los inmigrantes que tengan prohibido entrar en el país o residir en él, algo simbólico y a lo que se ha mostrado abierta Merkel que proporcionará a la CSU las fotos que necesita para no perder el paso en el camino hacia las elecciones regionales de Baviera en octubre. “Es inexplicable que personas que tienen prohibido entrar en el país puedan hacerlo”, ha insistido Seehofer al respecto en una rueda de prensa celebrada casi de manera simultánea a la de Merkel en Berlín, “es básicamente un escándalo”. Además seguirá con los preparativos para poder denegar ya a principios de julio la entrada al país a personas que hayan presentado o registrado una solicitud de asilo previamente en otro país de la Unión Europea UE, tal y como establece la legislación Dublín, y la normativa será implementada de inmediato en caso de que fracasen las negociaciones europeas.

“Después de la cumbre de la UE, hablaré con la canciller y la CDU sobre los resultados de la cumbre. Pero si no hay resultados que nos satisfagan por tener un efecto igual al de esta medida, no quiero tener que empezar desde cero a trabajar en ese momento, sino que quiero ser capaz de poder reaccionar rápidamente”, ha dicho, allí donde la canciller alemana ha garantizado que el cierre de fronteras no será “ni inmediato ni automático”.

Merkel trata de evitar el efecto llamada inmediato. Si se da por hecho que el 1 de julio se cierran las fronteras, muchos desesperados tratarán de agilizar en lo posible el viaje, intentos que solamente costarán vidas en el mar y solo beneficiarán a los traficantes de personas. La CDU espera reunirse el 1 de julio, después de las conversaciones en Bruselas, para hablar sobre lo sucedido en la reunión europea antes de tomar decisión alguna, ha dicho Merkel. “No habrá automatismo alguno”, han sido sus palabras. También ha insistido en que, si bien apoya las iniciativas del ministro de aplicar medidas adicionales para gestionar la llegada de solicitantes de asilo, no quiere negociar de manera unilateral sino llegar a acuerdos de conjunto en el seno de la UE. “Devoluciones que no estén acordadas podrían producir un efecto dominó negativo y poner en duda todo el proyecto de unidad europeo”, ha advertido, después de recibir el apoyo cerrado de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), para negociar acuerdos bilaterales en el marco de la cumbre, negociaciones que prosiguen hoy y que hoy, cuando a última hora de la tarde reciba en la capital alemana al nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte.

Merkel ha tratado de tender puentes, ha recordado que, a pesar de todo, los dos partidos conservadores tienen “el objetivo común de mejorar la gestión de la migración y el control” para evitar que se pueda repetir lo ocurrido en 2015. También ha expuesto que el problema de los refugiados es un desafío europeo que necesita también una respuesta europea y ha asegurado que ir por libre, como amenaza con hacer Seehofer, solo serviría para dividir y debilitar aún más el proyecto europeo.

El tercer socio de la gran coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), que asiste como observador al derrumbe del gobierno, ha pedido a Merkel que convoque con urgencia una cumbre de los integrantes del pacto antes incluso de la cumbre europea. Sería la primera cumbre de crisis de este gobierno, antes incluso de haber cumplido sus primeros cien días.

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Pilar García Muñiz

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