Su madre que le esperaba en el coche, vió como estallaba una bomba al paso del pequeño Jonathan. Herido gravemente, comprobó como por ser cristiano le negaban atención en los primeros hospitales a los que acudió. Finalmente fue operado, le quitaron los huesos del cráneo que tenía astillados pero la metralla sigue ahí. Ha perdido la movilidad de la parte derecha de su cuerpo. Su tio y sus primas, refugiados en Valencia, intentan conseguir un visado para él. Silvia, la más pequeña, relata a COPE cómo están sufriendo la discriminación: "Allí no pueden hacer nada. No ha recuperado el movimiento aunque ha hecho muchos ejercicios y su padre le ha llevado a médicos. Pero los médicos allí son muy caros, no te tratan igual si eres cristiano.. hay discriminación".

El tio de Jonathan llegó a España hace 10 años. Consiguió el visado de refugiado religioso y 5 años más tarde pudo traerse a sus tres hijas. Pero no fue un camino fácil. Maite, española a la que conoció en la parroquia de Nuestra Señora de Gracia en La Torre en Valencia ha sido su Angel de la Guarda: "Lo conocimos a él hace mas de 10 años. Vino huyendo de la persecución. Le ayudamos a pedir el asilo religioso". Cuando lo consiguieron comenzaron los trámites para traer a su familia. Finalmente: “ tuvo que pagar a las mafias –cuenta Maite- porque en la embajada de Paquistán le ponían todo tipo de problemas”. Ahora intentan que Jonathan obtenga un visado de refugiado religioso o por motivos humanitarios