Han existido toda la vida y su objetivo siempre ha sido debilitar al contrario. La cuestión es que antes no había tantos medios de comunicación, no existía Internet y tampoco se podían propagar con tanta facilidad a través de las redes sociales. Hablamos de las noticias falsas, más conocidas como fake news, un problema al que se enfrenta el mundo y que están en el centro del debate desde hace meses.

La Comisión Europea con un grupo de expertos ha empezado a mantener una serie de reuniones para analizar la mejor manera de hacer frente a las noticias falsas. “No son ilegales pero se propagan hoy a un ritmo inquietante y suponen un riesgo para nuestros valores democráticos”, ha dicho la comisaria responsable de Economía Digital, Mariya Gabriel. El objetivo es respetar siempre la libertad de expresión e información pero buscando soluciones para evitar la propagación de los bulos que tanto daño están haciendo a los países de la Unión Europea. Su momento de mayor esplendor se pudo ver durante las elecciones de los Estados Unidos con Donald Trump o en la campaña del Brexit que terminó con la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

El cometido de este grupo de expertos es, en primer lugar, elaborar una definición de lo que son las fake news, posteriormente formular una serie de recomendaciones que deben poner en marcha las plataformas digitales como Faceebook, Twitter o Google, soportes donde es habitual su propagación.

A finales del año pasado Bruselas llegó a proponer a estas empresas contratar editores humanos para comprobar la veracidad de las informaciones. Europa es consciente del problema, y ahora, ha empezado a poner encima de la mesa una serie de soluciones.