La coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra el Estado Islámico ha admitido un bombardeo sobre las fuerzas progubernamentales sirias en respuesta a un "ataque no provocado" a oficinas de la alianza rebelde.

La coalición ha acusado a las fuerzas de Bashar al Assad de una ofensiva contra una sede de las Fuerzas Democráticas Sirias a 8 kilómetros de distancia de la línea acordada para separar ambos frentes, en la zona del río Éufrates. En esa instalación también había componentes del contingente internacional.

Según el comunicado de la alianza liderada por EEUU, el ataque contra las fuerzas de Al Assad es consecuencia de la "agresión contra los socios". En ese comunicado no se detallan los actos personales o materiales que han podido ocasionar.