Esta escena, que parece más sacada de una película que de la realidad, ha ocurrido en Australia. El aparcacoches de un hotel de Sidney cogió las llaves del propietario de un coche de alta gama, un deportivo de la marca Porsche.

El dueño dejó el vehículo estacionado en la puerta del hotel para que el servicio de estacionamiento de la cadena hotelera lo aparcase en su garaje. En apenas segundos, el trabajador del hotel realizó una maniobra que nunca hubiera pensado que llegaría a cometer. Al intentar dar marcha atrás, aceleró y metió el vehículo debajo del todoterreno que estaba justo delante.

La cara de asombro de las personas que presenciaron el incidente eran normales conforme a la situación, pero ¿y el propietario? Obviamente fue al que menos gracia le hizo el accidente.

Los servicios de emergencia acudieron hasta el lugar para socorrer al aparcacoches y tuvieron incluso que cortar la parte superior del vehículo para poder sacarle.

En el diario Exclusivadigital, se puede leer el comunicado de un portavoz del hotel: "El Hyatt Regency Sydney considera que lo más importante es la seguridad de nuestro personal y de nuestros huéspedes. Estamos realizando una investigación completa", dijo un portavoz del hotel en un comunicado.