La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, llamó la semana pasada al presidente de la Generalitat, Quim Torra, para rebajar la tensión de los últimos meses, si bien le instó a "reflexionar" y a aparcar su "plan ilegal".

La llamada se produjo después de que Arrimadas declinara reunirse con Torra en la ronda de contactos del presidente con los líderes parlamentarios catalanes, en protesta por la pancarta en favor de los "presos y exiliados" soberanistas colgada en el balcón del Palau de la Generalitat.

A esta ronda de contactos en el Palau de la Generalitat acudieron todas las formaciones representadas en el Parlament salvo Ciudadanos, aunque Arrimadas telefoneó a Torra y mantuvo con él una conversación "cordial", según ha explicado la formación naranja en un comunicado.

Arrimadas aprovechó para trasladarle su "profunda preocupación por el conflicto social en Cataluña" y pedirle que "reflexione sobre su plan ilegal".

Además, le advirtió de que "su reiteración en la ilegalidad y la substitución de los símbolos oficiales por los símbolos ideológicos en edificios y espacios públicos excluye a millones de catalanes y agrava el conflicto social" y le instó a "reflexionar sobre lo que supondría volver a repetir los mismos errores que han provocado esta situación de conflicto social".

Paralelamente, Ciudadanos registró en el Parlament una proposición de ley para "garantizar la neutralidad en los espacios públicos" y pidió celebrar un pleno monográfico para "debatir sobre cómo recuperar la convivencia en Cataluña hablando de lo que nos une".