El alcalde de Verges, Ignasi Sabater (CUP), ha declarado por un presunto delito de odio, después de insinuar que agentes de la Guardia Civil eran responsables de pinchazos de ruedas en el municipio, y ha recordado que aquellas declaraciones se produjeron en el contexto del 1-O.

Tres días después de aquel referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional, esta localidad ampurdanesa, lugar de nacimiento del cantautor Lluís Llach, amaneció con 160 vehículos aparcados en la calle a los que se habían perforado los neumáticos.

Ignasi Sabater apuntó entonces a la Guardia Civil y por ello ha tenido que declarar hoy por un presunto de odio y discriminación contra la nación española y ese cuerpo de seguridad.

Sabater ha explicado a su salida de los juzgados que todo se produjo en aquel contexto del 1-O y se ha referido a los gritos de aliento a algunos agentes antes de desplazarse a Cataluña aquellos días, "el a por ellos", y a actos vandálicos en otras poblaciones en las que se arrancaron banderas independentistas.

El alcalde ha reivindicado que está en el cargo "desde la cultura de la no violencia" y ha insistido en que no odia "ni a la nación española ni a la Guardia Civil".

El procesado ha añadido además que recibió una llamada en la que se amenazaba con que la agresión a las ruedas de los coches se trasladaría después a los vecinos del municipio, sin que se haya podido identificar a su autor ni el origen.

El abogado de Ignasi Sabater, Benet Salellas, ha coincidido en que se ha intentado contextualizar las declaraciones del alcalde en los días anteriores.

"No hay voluntad de generar odio hacia nadie", ha añadido Salellas, para quien "la fiscalía utiliza los delitos de odio para actuar contra el independentismo".

Unas doscientas personas han acudido a las puertas de los juzgados de La Bisbal d'Empordà para manifestar su apoyo a Ignasi Sabater en este proceso.