"Señoras, señores, me alegro, buenos días...

Hoy hay varios nombres propios. Cristina Cifuentes es indudablemente uno. Rafael Catalá es otro. Alguna resaca del debate del PSOE. Antonio Banderas es otro nombre propio del día, por una cosa muy local, pero que a la vez es muy significativa de cómo son las cosas en España. Antonio Banderas es un tipo que lleva que lleva muchos años en la interpretación, es un buen actor, es un hombre que internacionalmente tiene prestigio, tiene contactos internacionales derivados de su trabajo que son excepcionales y sigue siendo muy, muy, malagueño. Él está en Málaga, vive todo el tiempo que puede allá y hace todo lo que puede por su ciudad. Y presenta un proyecto -Málaga tiene una oferta cultural magnífica, una oferta museística excepcional-  para hacer de un viejo cine de la Plaza de la Merced un gran centro cultural. El Ayuntamiento pone un concurso en marcha y él presenta un proyecto. Ese proyecto es diversos espacios culturales, añadidos para ampliar actividades de la casa de Picasso, y luego un gran teatro. Sus contactos con el Actors Studio, con el Roundabout Theatre de Nueva York, traer cosas, hacer... Y luego, como él dice, "yo no vengo aquí a ganar dinero. El dinero que he ganado fuera vengo a gastármelo aquí. Y cada año pongo 250.000 euros".

Pues los de Izquierda Unida y los de Podemos en el Ayuntamiento de Málaga, esto de que alguien, desde un ámbito particular -alguien que no es sospechoso además de ser de derechas recalcitrante-, pueda tener iniciativa cultural que no controlen ellos y que no sea de carácter público, todo lo tiene que manejar directamente el poder político... Le han hecho la vida imposible, le han insultado, le han maltratado. Tanto es así que ha cogido Antonio Banderas y ha dicho os metéis proyecto por donde os quepa y yo me voy. Ya lo haré en otro sitio que no huela a corralón.

En España estas cosas pasan. Te salen dos garzonitos de estos y otro de Podemos y se cargan un proyecto de muchísima inversión para una ciudad como la de Málaga. 

Pero como les digo, ayer el nombre era Cristina Cifuentes. Porque ayer se conoció un informe de la UCO, de la Guardia Civil, en el que se hacían una serie de valoraciones jurídicas que comprometían a Cristina Cifuentes. ¿Qué decía ese informe de la UCO? Decía que la cafetería de la Asamblea de Madrid fue adjudicada al señor Arturo Fernández, que está investigado implicado en la Púnica por donaciones a algunas fundaciones ligadas al PP. Arturo Fernández donó 60.000 euros a Fundescam, que es una fundación del PP -cosa legal, por cierto-. Y dice la UCO: "Es que en esa mesa de contratación estaba Cristina Cifuentes". ¿Y? "Es que Cristina Cifuentes también estuvo en Fundescam". Sí, pero vamos a ver, cuando se estableció esa mesa de contratación no estaba en Fundescam. Y en esa mesa de contratación intervino porque era vicepresidenta de la Asamblea de Madrid y le tocaba. 

Con todo eso, se presentan ante el juez, y el juez Velasco le dice dice pues si esto es todo lo que trae... Con esto ni el fiscal ni yo vamos a emprender ningún tipo de acciones contra la señora Cristina Cifuentes. Ahí se acaba todo. Pero como aquí la piel es tan sensible, ahora el oportunismo político no puede falta. E, inmediatamente, la caza mayor, tenemos a Cifuentes a tiro. Y un nerviosismo en el PP que se derretía la sede de Génova. ¿Por qué? Porque Cifuentes es la gran esperanza, su última Pepsi Cola en el desierto. La gran esperanza de revitalización, de lucha contra la corrupción, etcétera. Hombre, si ya te imputan a Cifuentes también, apaga y vámonos.

A veces los informes policiales, tanto de la UDEF como de la UCO, crean mucha indefensión en muchas personas. Porque además se hinchgan a hacer valoraciones jurídicas que no les corresponde. La valoraciones jurídicas las hace el fiscal y el juez de instrucción. Pero vamos  a disparar a ráfagas. Que, por cierto, estorba mucho la eficacia judicial, a pesar de que sean dos instituciones, UCO y UDEF, imprescindibles en la lucha contra la corrupción y contra el crimen organizado, el delito, etcétera, y estén llena de hombres y mujeres con trabajo abnegado y la mejor intención. Pero cada cosa en su sitio. 

En el caso Acuamed, la UCO detuvo a discreción y metió a gente en el calabozo durante dos días, en connivencia con el juez Velasco, que una vez preguntados, "ah no, perdone, perdone, no era nada. Puede usted marcharse a su casa". Y con todos esos a los que se detuvo, que pasaron dos días en un cuartelillo, ¿no se les podía haber preguntado antes? Eso de preguntar después de disparar... ¿Qué indefensión judicial viven esas personas durante ese par de días?

Ayer en el Parlamento, aprovechando -ya les digo que estamos en tiempo no de oportunidad, si no de oportunismo- se aprovechó la unión de toda la oposición para reprobar al ministro de Justicia. ¿Por qué? Porque dice la oposición que el ministro de Justicia, el Fiscal General, el Fiscal Anticorrupción, han querido proteger a los integrantes de la operación Lezo, que es la otra operación que también el juez Eloy Velasco. Por cierto, que se va a la Sala de Apelaciones. Supongo que acabará su trabajo. O no lo sé. La reprobación no sirve de nada. Es un brindis al sol maravilloso. Ahora, que el PSOE repruebe al Fiscal General después de haber tenido como Fiscal General del Estado a Conde Pumpido, eso no es que sea estupefaciente, eso ya es alucinógeno. Es la clave de los tiempos, en esas estamos".