Ángel Expósito ha aprovechado su monólogo de este lunes para hablar sobre los primeros guiños que el gobierno de Sánchez ha dedicado al independentismo tras apoyar su moción de censura contra Rajoy. "Es impresionante lo que cambia la vida en 15 días. Hace dos semanas andábamos por aquí echando cuentas sobre los diputados que le faltaban a Pedro Sánchez para que saliera adelante su moción de censura a Rajoy. Y, sólo 15 días después, Màxim Huerta asiste como ministro de Deportes al undécimo Roland Garros de Rafa Nadal; Margarita Robles pasa su primer fin de semana aprendiendo qué es una fragata o una corbeta; y Borrell asiste, digo yo atónito, a las primeras cesiones del Gobierno al que pertenece hacia los independentistas", ha comenzado el comunicador. 

"Y es que, más allá de las excentricidades, los aciertos y la indudablemente exitosa estrategia de marketing, los problemas subsisten. Pero los problemas, con la tripa llena, son menos problemas. Uno se enfrenta de distinta manera a unas elecciones o a los independentistas vascos o catalanes si tienes presupuestos y si el país no está quebrado. O sea, todo lo contrario a cómo Rajoy se encontró el percal", recuerda Expósito.

Para él, en apenas ocho días de nuevo gobierno se han confirmado ya dos cosas: "Para los independentistas es un chollo negociar ante un gobierno débil y no se entiende la estrategia de ceder a las primeras de cambio mientras los Rufián, Ortuzar, Torra y Puigdemont se siguen des... piporrándose en nuestra cara"

Expósito afea que se haya levantado el control de las cuentas de la Generalitat y que Meritxell Batet vuelva con la reforma de la Constitución. "Mientras, Torra insiste en sus cosas, se construye una cadena humana por el derecho a decidir en el País Vasco y los más macarras de los 'indepes' siguen saboreando el boicot a Sociedad Civil Catalana en la Universidad de Barcelona. Y no pasa nada, nunca pasa nada", se lamenta el comunicador. 

Pero lo que más le ha llamado la atención es lo dicho por la exconsellera de Educación Clara Ponsatí, huida en Escocia, que ha admitido que el Gobierno de Puigdemont "jugaba a póquer" contra España e iba de farol. "O sea, que el procés era una broma. Iban de farol, fueron derrotados en la partida de póker y como premio, como se ve que son de fiar, el Gobierno levanta la supervisión de las cuentas de la Generalitat. Cuanto menos, una decisión arriesgada. Ojalá funcione esto del talante, porque como sirva para que se rearmen cualquier día se levantan de la partida de póker para jugar en serio. Y entonces, ¿qué? ¿Sacamos a Borrell en otro mitin?", ha concluido Expósito.