Un proyecto que llevan a cabo los misioneros claretianos, orden a la que pertenece el padre Germán Padín, en el colegio Claret Fuensanta que acoge a niños de 23 nacionalidades distintas y que tiene a sus profesores dispuestos a ayudar a todos los niños inmigrantes, el colectivo más vulnerable.

"Ofrecemos un programa de inmersión lingüística durante todo el año que reforzamos en el mes de julio porque dos meses de verano para los niños es mucho y pierden mucho el idioma" dice la padre Padín que añade que de cara a los niños que llegarán en el Aquarius "hemos puesto al servicio del ayuntamiento y del resto de plataformas sociales la posibilidad en la posibilidad en la segunda fase, que puedan venir a aprender algunas palabras en castellano. Pero no solo para los niños también para las madres".

¿Qué es lo primero que hacen con los niños y sus madres? "El problema son los idiomas y desde el colegio lo que hacemos es que la posibilidad de la escolarización sea lo más ágil posible y una vez que ese proceso esté abierto, acogerlos en nuestro programa de inmersión lingüística", para ello necesitan a voluntarios, "se trata de enseñar a hablar castellano lo básico, luego ya está la dimensión escolar que va en otra clave totalmente distinta" explica el padre Germán Padín que aclara que "no es necesario ser profesor. Es importante enseñar a los niños y a las madres porque ellas son las que tiene que ir a comprar, al médico y necesitan saber expresarse" y eso "que aprenden con mucha rapidez, sobre todo los niños".

Si quieres ser voluntario, "la emergencia nos viene para los meses de julio y agosto y si quieren ser voluntarios pues que nos llamen por teléfono" dice el sacerdote que destaca "la labor del ayuntamiento de Valencia que tiene mucha experiencia en este tema".