Damián Sabater ha alcanzado la edad de jubilación, la que aún es la edad de jubilación, 65 años, y aunque está joven y así se siente, ha decidido dejar  su dos trabajos, el de la autoescuela y la alcaldía de San Isidro. Con ello da paso a concejales más jóvenes, "mis concejales son chavales de 30 a 40 años y les dije,  yo soy mayor, parezco vuestro padre porque tengo hijos mayores que ellos".

Pero no es la verdadera razón, este político del Partido Socialista de San Isidro, en Alicante, ha conseguido cumplir sus promesas electorales, "lo dejo porque pensaba jubilarme de la autoescuela y al ver que tenía hecho todo mi programa electoral o lo que no, encauzado, les dije, me jubilo y vosotros continuáis con el tema que queda". Ese tema que falta por cumplir son unas reformas en un colegio de la localidad alicantina, su última promesa electoral.

Los vecinos, algunos lo entienden y otros no y así se lo dicen al ya exalcalde "chico y por qué te vas, es qué estás cansado, y yo les digo, ni lo uno ni lo otro sino que ahora viene gente joven".  Y ¿los rivales políticos, qué dicen?, "ellos lo ven como que hay asuntos internos dentro del partido y otros como un acto de responsabilidad" dice Damián Sabater que concluye con un simple "yo he cumplido".

Y da por concluída su tarea al haber conseguido del programa Edificant de la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana 800.000 euros para la reforma de los patios y el gimnasio del colegio, unas actuaciones que se reclaman desde 1998 y que contaban "incluso con un informe del inspector" de Educación, y que es la última promesa de su programa de gobierno que no quería dejar sin realizar.