Diez y media de la noche. Los teléfonos del barrio malagueño de Miraflores del Palo echan humo. Los vecinos están preocupados. Lo que sale del grifo no es agua, es un líquido espumoso que huele mucho y mal.  Ante la avalancha de avisos, la Policía Nacional empieza a investigar.

Se acercan al pozo desde el que se abastece a las 750 familias de la zona. Y muy cerca de allí encuentran ocho garrafas vacías de lauril éter, un detergente que se usa en champús, jabones, pasta de dientes, o para crear la espuma que se utiliza en muchas fiestas en discotecas.

Los vecinos del barrio han estado más de 24 horas sin agua, el tiempo que se ha tardado en vaciar el depósito y rellenarlo con agua limpia. Una de los afectadas ha sido la Clínica veterinaria Miraflores del Palo. Su director, el doctor Rafael Calleja ha explicado que se enteró de la falta de agua cuando llegó a trabajar.  “Llegamos por la mañana y no salía agua. Me dijeron que habían cortado el suministro porque salía con mucha espuma y tenía un fuerte olor”.

"El olor y la espuma ya no están en el agua pero aún no nos atrevemos a beberla"

ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Rafael Calleja en 'Herrera en COPE'

Según la investigación, el detergente habría llegado al pozo común durante la limpieza de un trastero en el edificio donde se encuentra el acuífero. Parece que fue un accidente y los agentes ya han identificado a tres personas por el suceso.