¿Se enfrentan los abogados a un dilema moral cuando les llega un caso como el del asesino de Pioz o el violador de Ciudad Lineal? La respuesta es sí. Un Sí rotundo, pero también deben llevar a la práctica el juramento de ofrecer la mejor defensa posible a su cliente, incluso, si ese cliente les llega desde el Turno de Oficio.Carmen Sala renunció a defender a uno de los presuntos violadores de una joven en las últimas fiestas de San Fermín, es algo que un abogado se puede permitir sin olvidar, afirma la abogada penalista que "el hecho de que un abogado defienda un asunto no quiere decir que esté de acuerdo ni con el cliente ni que crea que es inocente"."El abogado debe ejercer su profesión y dejar de lado sus convicciones, hay que plantearse el trabajo con honestidad" explica Carmen Sala porque "hay que ejercer a veces la acusación y la defensa, y esta se puede llevar a cabo de muchas maneras, como buscar el tratamiento médico o psiquiátrico que tu cliente necesita". Esto se resume en una máxima, "tiene que haber alguien que condena y alguien que defienda". La defensa de un asesino, de un violador, "se puede encarar de muchas maneras y se puede aceptar una defensa o dejarla en un momento determinado; el abogado sabe que el cliente nunca te dice toda la verdad y a lo largo del proceso surgen sorpresas"  detalla la letrada penalista que para aquellos que no lo sepan explica que "cuando un abogado se colegia hace un juramento de ofrecer al cliente la mejor defensa posible y esa defensa puede ser atender a una persona de este tipo, sino el sistema no funcionaría"."Un abogado debe defender a un asesino para que el sistema funcione"