Este miércoles se ha abierto un nuevo frente en la guerra particular entre Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre. La primera ha llevado ante la Fiscalía la gestión que hizo Esperanza Aguirre en el Campus de la Justicia de Madrid, denunciado irregularidades en el proyecto que en 2007 encargó el Gobierno de Aguirre.

Algunas informaciones apuntan a que Cifuentes ve una mano 'aguirrista' detrás del escándalo de su no-máster en en la URJC y esta ha sido su venganza.

Se trata solo de un capítulo más en la guerra-fría que ambas mantienen desde que Aguirre dimitiese como presidenta de la Comunidad de Madrid y Cifuentes inició su carrera tanto para liderar el Gobierno autonómico como el PP madrileño.

CAMPAÑA ELECTORAL DE 2015

De cara a la campaña de las autonómicas y municipales de mayo de 2015, ambas mostraban una imagen de unidad en público en los actos electorales pero la relación en privada era prácticamente inexistentes. Cifuentes era candidata a la Comunidad de Madrid y Esperanza Aguirre a la alcaldía de la capital. Pero en los mítines empezó el bombardeo: "Hemos comprobado que pueden darse casos, dolorosos para todos nosotros, en los que compañeros de partido han defraudado la confianza depositada en ellos y han deshonrado nuestros principios y valores. No os quepa duda de que estaremos vigilantes tanto al elegir a los candidatos como en el seguimiento de la gestión para evitar la corrupción y para actuar de manera inmediata contra los que tengan la tentación de caer en esta lacra". Así se pronunció Cifuentes en un acto conjunto de precampaña que ambas celebraron en San Sebastián de los Reyes. 

CASO PÚNICA

En paralelo a la campaña el caso Púnica que afectaba al PP de Madrid estaba de actualidad y Cifuentes quiso marcar distancias desde un primer momento con esta trama que afectaba de lleno al PP de Aguirre. El cabecilla de esa trama es Francisco Granados, número dos de Aguirre hasta su caída en desgracia. Ante esto, Cifuentes dijo durante una entrevista que "probablemente" se sentiría responsable si su mano derecha metiera la mano en la caja del partido. Además, advirtió que había que ser cuidadoso con la elección de las personas de un equipo.

RELEVO EN EL PP DE MADRID

En febrero de 2016, Esperanza Aguirre presentó su dimisión como presidenta del PP de Madrid una vez que en junio de 2015 no pudo conseguir la alcaldía de la capital de España y, especialmente, presionada por las acusaciones de financiación ilegal que recaían sobre la formación popular en la región. Rápidamente la dirección nacional del partido puso a Cristina Cifuentes al frente de una comisión gestora que llevara a cabo la transición en Génova.

El entorno de Aguirre criticó la organización del Congreso regional convocado por Cifuentes

Tras un año de gestora, Cifuentes dio un paso atrás para dar varios hacia adelante y dimitió al frente de la gestora para aspirar a liderar el partido, dejando convocado un congreso regional en el que se celebrarían unas primarias para liderar el PP de Madrid. Desde el lado de Esperanza Aguirre no tardaron en aparecer las críticas por la prontitud de la fecha del Congreso, lo que impedía a este sector presentar un candidato con garantías. Argüían que se Cifuentes se había preparado un Congreso a su medida para tener vía libre.

OPERACIÓN LEZO

Uno de los casos de corrupción que le han estallado al PP durante Gobierno de Cristina Cifuentes fue el caso Lezo, una trama de corrupción que afectaba a la gestión del Canal de Isabel II bajo el mandato de Ignacio González, sucesor de Esperanza Aguirre y su mano derecha una vez que desapareciera de la escena política Francisco Granados. Cifuentes lo que hizo fue acudir al fiscal para denunciar que el Canal de Isabel II se había saltado el 57% de los controles en la compra de la empresa brasileña Emissao.

Cifuentes llevó a la Fiscalía las irregularidades en el Canal Isabel II

Ha sido en los casos de corrupción donde Cifuentes ha querido trazar la línea roja para responsabilizar de todo al PP de Aguirre, como dijo en las celebraciones del 2 de mayo de 2017. Ahí Cifuentes quiso ser contundente para desmarcarse del PP de Madrid liderado por Esperanza Aguirre, Ignacio González y Francisco Granados. 

ESTADO DE LOS HOSPITALES

Además de esta obsesión de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid por marcar territorio y vender un PP de Madrid limpio, ambas se han lanzado dardos por otros temas menores, como cuando a principios de 2016 los hospitales Gregorio Marañón y 12 de Octubre de Madrid sufrieran un desprendimiento de un falso techo y una inundación. "Muchos de los hospitales de Madrid son muy antiguos y necesitan muchas reparaciones", apuntó Cifuentes, a quien le "hubiera gustado encontrárselos en mejor estado".

Aguirre salió al paso de estas declaraciones aclarando que durante su mandato se había hecho "inversiones enormes en los hospitales públicos". "Yo le puedo decir que nosotros durante el tiempo que yo estuve en la Comunidad hicimos enormes inversiones en todos los hospitales madrileños muy especialmente en el 12 de octubre, en el Clínico y en La Paz", defendió Aguirre.  

'MASTERGATE'

A pesar de la insistencia de Cifuentes en alejarse de los escándalos que afectaban al PP de Madrid y a la Comunidad durante los anteriores mandatos, a la presidenta regional le ha estallado el 'mastergate' que tiene pendiendo de un hilo su continuidad al frente del Gobierno madrileño. Y ahí ha aparecido Esperanza Aguirre para dejar su píldora en la polémica. 

Durante su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso sobre la presunta financiación irregular del PP, aprovechó para dejarle dos mensajes a Cifuentes. Primero fue ella misma la que puso el tema del máster sobre la mesa pidiendon que no preguntasen sobre él, ya que era objeto de la comisión. Pero a raíz de un rifi-rafe con el diputado de ERC Gabriel Rufián, en el que este le dijo que era de barrio, Aguirre le respondió: "Pero ha hecho un máster, que lo he mirado", para a continuación dirigirse a Pedro Quevedo, presidente de la comisión, para decirle: "Yo menos mal que no he hecho un máster".

La otra crítica encubierta que le lanzó Aguirre a Cifuentes fue lamentar que ahora lo que "se lleva" en este país es "resistir" y no dimitir, como había hecho ella no una, sino dos veces. 

Y tras el 'mástergate' ha llegado este nuevo movimiento en el tablero de Cifuentes contra el bando aguirrista a cuenta del Campus de la Justicia.