El pasado sábado 3 de febrero se celebró la XXXII edición de la gala de los premios Goya que, cada año, desde 1987, reconocen la calidad del cine español y premian a sus mejores profesionales en cada una de las especialidades técnicas y creativas; en total 28 categorías. Pero... ¿cómo surgió la idea de iniciar esta tradición del cine español?

Allá por el año 1985, Alfredo Matas, conocido por producir muchas de las películas de Luis García Berlanga, como 'Plácido' o 'La Escopeta Nacional', reunió a importantes figuras del mundo cinematográfico en un restaurante de Madrid para comentar los problemas que le preocupaban en torno a la cinematografía española.

Entre los asistentes hubo profesionales de muchas materias, actores, directores de producción, montadores, etc. Luis García Berlanga, Carlos Saura, José Sacristán, Pablo González del Amo, Manuel Matji o Ramiro Gómez.

Pues ese elenco de especialistas fue la semilla de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España que sería la encargada de organizar cada año la gala de los Goya. Una entrega de premios que comenzó en 1987 con dieciséis categorías hasta alcanzar las veintiocho actuales.
 

Estas han sido las tres películas con más cabezones del cine español:
 

Mar Adentro (14 Goya en 2005)

El director Alejandro Amenábar siempre ha estado muy presente en esta gala con sus producciones. Sin embargo, la historia de Ramón Sampedro es la que más gustó a los críticos de la Academia. Desde el año 2005 ninguna película ha conseguido superar a este drama que reabrió en España el debate sobre la eutanasia; ni siquiera 'Blancanieves', nominada a 18 estatuillas. Esta escena es una de las más recordadas.
 

 

¡Ay Carmela! (13 Goya en 1991)

Carmela (Carmen Maura), Paulino (Andrés Pajares) y Gustavete (Gabino Diego) consiguieron con su humor republicano que el director de la película, Carlos Saura, dirigiese la segunda película del cine español con más Goya de la historia. Una película basada en la obra de teatro del mismo nombre de José Sanchís Sinisterra, también adaptada con posterioridad al mismo género teatral. Una película “para alegrar los pajaritos”:
 

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La Isla Mínima (10 Goya en 2015)

El director sevillano, Alberto Rodríguez, puede estar contento con esta creación. Además de hacerse con diez cabezudos, incluido mejor dirección y mejor película, las increíbles imágenes aéreas y posteriormente digitalizadas de las marismas del Guadalquivir a su paso por Sevilla consiguieron que la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla creasen una ruta turística por los escenarios de la película. Además de triunfar con su producción puede presumir de tierra natal.