En estos tiempos de pacto, y mientras Federico se refiere a lo que ocurre con Ciudadanos en Ávila, yo me he decantado por contar algunas cosillas que he averiguado sobre al final no tan accidentado viaje de Felipe González a Venezuela. Y así, en el confi de este miércoles, y desde París, a donde he acudido a presentar mi último libro, he soltado algún cotilleo sorprendente sobre ese viaje.Y es que en medio de la ‘cumbre’ entre la UE y América Latina que se ha celebrado del 10 al 11 en Bruselas, se comentaba que la reacción no excesivamente brusca del mandatario Nicolás Maduro ante la visita de Felipe González, se debió a la intercesión de la presidenta brasileña. Dilma Rouseff y de su antecesor Lula. Gentes próximas al ex presidente español solicitaron a los brasileños, que tienen bastante buena sintonía con Maduro, que no extremase las reacciones ante la llegada de González con el propósito de entrevistarse con los opositores encarcelados por el régimen chavista.Cierto es que hubo manifestaciones contra la visita de González y las ‘injerencias’  colombianas y cierto es que algunos responsables del gobierno bolivariano se manifestaron en términos muy duros contra el expresidente socialista español. Pero no menos cierto es que el propio Maduro estuvo muy lejos de su habitual grosería y zafiedad cuando hace manifestaciones contras políticos que no son de su agrado, y cierto también que las concentraciones callejeras nunca se produjeron en las inmediaciones de donde se encontraba Felipe González.Todo huele a un pacto internacional para ‘civilizar’ el régimen de Maduro, que se ha colocado a sí mismo en una difícil posición con el encarcelamiento arbitrario de los principales líderes opositores, el cierre de medios de comunicación incómodos, etc.Llama en este punto la atención el hecho de que el director de El Nacional, Miguel Henrique Otero, que lidera el único medio que puede calificarse como incómodo para el chavismo, haya sido nombrado presidente de la Asociación Europea de Editores, premiado por algunos medios de comunicación, como  el español ABC, y recibido por altos dignatarios en España, Bruselas, Roma y el propio Vaticano, donde el mismísimo papa Francisco vio frustrada una entrevista con Maduro aparentemente por una ‘inoportuna’ enfermedad de este.La concentración de tanto interés y de tantos intereses en torno a Otero, que recibe ayuda de los editores norteamericanos para poder sacar adelante su periódico –con boicot al papel por parte del gobierno de Maduro- en Caracas, y la propia agenda de la mencionada cumbre UE-Celac, donde se trató extraoficialmente no poco sobre el problema venezolano, son datos que muestran que algo está ocurriendo en la escena internacional con respecto al chavismo. Nadie habla claramente de acabar con el régimen de Maduro, pero sí de “reconducirlo” hacia una verdadera democracia.Hoy, sin embargo, y aunque yo sigo en París, seguiremos hablando de los pactos, algunos aún muy en el aire, para constituir los ayuntamientos este sábado. Aunque yo sospecho que voy a escaparme hablando de política exterio