El Papa se dirige hoy a la ciudad italiana de Asís para presidir la Jornada mundial de oración por la paz, treinta años después de la histórica convocatoria de Juan Pablo II, que el 27 de octubre de 1986  se reunió por primera vez en la ciudad de Francisco de Asís, convertida en el corazón de la fraternidad universal, con representantes de todas las confesiones cristianas así como de las diversas religiones del mundo. Aquel día callaron las armas en casi todas las latitudes del planeta, en respuesta al llamamiento para una tregua universal. Desde entonces se habla del “espíritu de Asís”. En esta nueva ocasión, Francisco, que tantas veces ha denunciado la nueva guerra mundial que vivimos “a trozos”, ha querido introducir una novedad: la invitación al mundo entero para que rece unido por la paz. Quiere el Papa que estos tres días de oración iniciados el domingo pasado y que concluyen hoy en Asís, sirvan para ofrecer al mundo un testimonio del empeño de los fieles cristianos y de los creyentes de todas las religiones por la reconciliación entre los pueblos y la paz. La verdadera religiosidad es siempre fuente de paz y de encuentro con los otros: este será un punto central en la Jornada de hoy, en un momento en que una locura que el Papa ha calificado como “satánica”, induce a algunos a justificar el terrorismo invocando y pervirtiendo el santo nombre de Dios.