Hoy se insulta con normalidad... hay un ambiente de violencia en nuestras ciudades, en nuestros hogares, en la política… Esta es la crítica que hacía el Papa durante su visita el viernes a la universidad Roma Tre. Francisco pidió a los jóvenes y a los profesores fomentar el diálogo, lo cual empieza por aprender a «hablar menos y escuchar más». Desde esa actitud, el Papa animó a los universitarios a afrontar con apertura de mente y corazón las grandes cuestiones de nuestro tiempo, que van desde el paro juvenil a la acogida de inmigrantes y refugiados. Era la segunda visita de un Papa a Roma Tre, tras la de san Juan Pablo II en 1992, pero la referencia en la mente de la mayoría era la fallida visita de Benedicto XVI a La Sapienza en 2008, suspendida de forma vergonzosa por algunas protestas.Francisco recogió el legado del gran Papa teólogo y pensador que fue su predecesor al presentar el ideal de una universidad que no debe ser simplemente un lugar donde se adquieren unos conocimientos, sino donde, en compañía de otros, se busca la verdad, el bien y la belleza, sin dar la espalda a los problemas y retos de la sociedad. Es así como la universidad construye la «cultura del encuentro». En un momento que el Pontífice describe como de «cambio de época», y más en una Europa amenazada por un individualismo exacerbado, es particularmente necesaria esta aportación de la universidad, que ayudaría a mirar el futuro con esperanza, sin los miedos y angustias que alimentan esa violencia que denunciaba el Papa.