El turismo religioso genera en España cerca de 25.000 millones de euros al año, un 2,17 % del PIB, y sostiene unos 225.000 puestos de trabajo. Son datos del estudio sobre el “Impacto socioeconómico de la actividad cultural de la Iglesia católica en España”, elaborado por la auditora KPMG y presentado ayer por la Conferencia Episcopal. El informe evalúa también el impacto de las 135 fiestas religiosas en España declaradas de interés turístico, que aportan cerca de 10.000 millones de euros y unos 135.000 empleos. Se trata de estimaciones conservadoras, en las que no se incluyen, por ejemplo, los costes de mantenimiento y rehabilitación de las catedrales y otros templos de interés turístico. El objetivo de presentar estos datos es avanzar en la transparencia para ofrecer cada año un cuadro más completo de cómo se gestiona el dinero en la Iglesia. Esta información sirve para animar a los católicos y a otras personas a seguir colaborando con el sostenimiento de la Iglesia y contribuye a deshacer muchos prejuicios. Frente a quienes imaginan una Iglesia rica, la realidad es que ese patrimonio supone un gran esfuerzo de conservación que no genera beneficios a las diócesis, sino que es puesto al servicio de toda la sociedad como parte de la misión de la Iglesia, que incluye el anuncio del Evangelio mediante la belleza en el arte.