Desde ayer se celebra en Addis Abeba la “cumbre” número 28 de la Unión Africana. La gran novedad es la petición de Marruecos de volver al seno de la Unión, de la que fue fundadora y de la que estaba ausente desde que la propia organización decidió reconocer como Estado soberano a la República Árabe Saharaui Democrática. Marruecos proclamó su soberanía sobre la antigua colonia española al tiempo que negaba el derecho a la autodeterminación de sus habitantes, en contra de lo dispuesto por las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de La Haya. Desde entonces se mantiene vivo un conflicto que enfrenta especialmente a Marruecos con su vecina Argelia ante la impotencia de la comunidad internacional.El retorno de Marruecos al seno de la Unión Africana abre la posibilidad de que el conflicto saharaui entre en una nueva fase de diálogo, aunque no falten analistas que consideran todo lo contrario. Lo que más se teme es que la impaciencia de los refugiados saharauis en el sur de Argelia provoque una activación bélica del conflicto que podría ser aprovechada por los movimientos integristas que pululan por el Sahel. En cualquier caso, la gran novedad de esta “cumbre” de la Unión Africana, donde también se debate la forma de acabar con las sangrientas guerras internas y el respeto a los derechos humanos, consiste en el cambio radical de postura de Marruecos, que ha tardado demasiados años en darse cuenta de que la política de “silla vacía” practicada hasta ahora, no le ha dado resultado alguno.