En una imagen mezcla de dolor y de esperanza, el Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Luis Sako, aparece junto a parte de su clero y diversos miembros de las fuerzas iraquíes y de los peshmergas curdos mientras visita una de las ciudades liberadas estos días del Daesh en la llanura de Nínive, cerca de Mosul.Monseñor Sako ha constatado la devastación sufrida por estas poblaciones durante la ocupación yihadista. Algunas zonas de las ciudades visitadas están cerradas y no se puede acceder debido a las minas colocadas antes de retirarse. El Patriarca ha rezado en cada iglesia visitada, para pedir por la paz y la seguridad en la región.Nuestra presencia está ligada a estos lugares y volveremos aquí apenas las condiciones lo permitan, ha dicho el jefe de la comunidad caldea, que también ha lanzado una invitación a que los cristianos permanezcan, evitando la comprensible inclinación a emigrar.Tras agradecer a los militares iraquíes su labor, Sako ha reconocido que esta visita a los poblados cristianos recién liberados entraña un serio peligro, pero ser pastor también requiere coraje, ha manifestado. El mensaje que he querido trasladar a todos es muy claro: “estas son nuestras tierras y estamos dispuestos a regresar”.