La sesión de control al gobierno en el Congreso se ha convertido hoy en el primer duelo entre Pedro Sánchez y el Partido Popular en la oposición. Mientras el presidente del gobierno se escudaba en que va a gobernar con el Parlamento y no contra el parlamento, sin explicar cómo, el portavoz del PP, Rafael Hernando, sacaba a relucir las primeras facturas del ejecutivo socialista. Facturas de las que, como ocurrió en el gobierno de Zapatero, siempre salen beneficiados los nacionalistas y la izquierda radical. La propuesta de modificar la Constitución y el haber permitido que Quim Torra abra las embajadas catalanas son dos síntomas del precio que los socialistas están ya pagando por estar en La Moncloa.

El portavoz popular ha puesto además en evidencia que las primeras medidas económicas tomadas por el gobierno de Pedro Sánchez van a incrementar de forma considerable el gasto público. Otro dato significativo de lo que ha ocurrido hoy en el Congreso ha sido la buena sintonía entre el Presidente del Gobierno y Pablo Iglesias. Un matrimonio de conveniencia que tiene como fin un cordón sanitario al centro derecha español y que será muy efectivo en las denominadas políticas sociales y de progreso. El debate de hoy ha sido el pistoletazo de salida de una legislatura empeñada en políticas de escaparate a costa del progreso integral de los españoles.