Antonio Castro tiene 22 años y una discapacidad del 99% que le mantiene inmovilizado en una cama. Con apenas cuatro meses le diagnosticaron el síndrome de Werdnig-Hoffmann, una atrofia muscular espinal que solo le permite mover los ojos y los músculos abductores. Lo suficiente para que este luchador haya conseguido terminar desde casa sus estudios de la ESO bajo la tutela de los profesores del colegio Infanta Elena de Monforte de Lemos. Y se ha graduado a lo grande, "con unas notas espectaculares de 8 y 9", cuenta orgullosa su madre Margarita en 'Herrera en COPE'. "Es muy inteligente y tiene muchas ganas de vivir y aprender”, añade emocionada.

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"Antonio es muy inteligente y tiene muchas ganas de vivir y aprender"

Margarita luchó durante años para conseguir que a su hijo se le reconociera el derecho a ser escolarizado. De hecho, Antonio fue uno de los primeros niños que recibió atención educativa domiciliaria en Galicia. "Costó bastante pero ahí está el mérito de él y de todos".

Esta madre coraje pasa las 24 horas del día pendiente de su hijo. “Llevo 22 años sin salir a la calle ni para comprar en el supermercado”, relata pero "nunca me he arrepentido de haber tomado la decisión de traer a mi hijo a casa cuando en el hospital de Santiago me dieron la opción de dejarlo allí ingresado".

“Llevo 22 años sin salir a la calle ni para comprar en el supermercado”

Pero Margarita reparte méritos. De hecho nada mas comenzar la entrevista ha agradecido el “maravilloso” trabajo de los profesores que cada día durante dos horas acudían a su casa a dar las clases a Antonio. “Su profesión es su vida, valen un mundo”, afirma.

Y por supuesto el esfuerzo de Antonio, que no merece menos admiración. "No puede manejar libros y controla el ordenador con un pulsador que acciona con contracciones de los abductores".

Antonio quiere seguir estudiando y hacer Bachillerato por Ciencias pero "con las necesidades que tiene es muy complicado”, lamenta Margarita.

"Con dos horas diarias ha conseguido aprender y sacar unas notas increíbles”

Pero la voluntad de Antonio se escribe en mayúsculas. "En sólo dos horas diarias ha conseguido aprender y sacar unas notas increíbles”, recalca su tutora Mila Castro en 'Herrera en COPE', quien además ha agradecido la “experiencia única y maravillosa” de trabajar con Antonio. “Aprobé mi plaza estando con él, fue mi estrella”, afirma. "Conocer a su familia me ha cambiado la perspectiva de vida", añade.

También agradece la labor imprescinsible de su madre. “Nos ayudó a adaptar los materiales para que pudiésemos agilizar el trabajo y abarcar los objetivos que tenía que conseguir”, ha concluido.

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