El atleta español José Antonio Soto ha sido entrevistado este lunes en ‘Herrera en Cope’ después de proclamarse vencedor del maratón siberiano del Lago Baikal, que en el kilómetro 40,5 tuvo que suspenderse por fuerte ventisca cuando el termómetro marcaba 25 grados bajo cero. “Yo sabía que iba a llegar” a la meta, pero desde la organización de la carrera “me dijeron que tenía que parar, que la habían cancelado. Yo les dije que no, pero insistieron y me dijeron que era el primero, que era el campeón, y casi me arrastraron para que parase”, ha descrito.

“Estoy contento y feliz. Pensando en todo lo que me ha ocurrido allí, le doy mucho más valor de lo que le he dado en la carrera porque hemos estado a punto de acabar congelados”, ha dicho. El atleta, que aún presenta quemaduras en la nariz y en la frente, ha relatado que “era muy difícil correr porque había mucha nieve” y viento, con ráfagas de hasta 108 kilómetros por hora. De hecho, según han publicado los medios del país, de no estar el lago congelado, el viento habría hecho que se levantaran olas de hasta 5 metros.

Entre las dificultades con las que se ha encontrado, Soto ha explicado que en medio de la maratón se le puso la nariz azul debido a los efectos de la congelación. “Me toqué y estaba como anestesiada. Me asusté muchísimo. Empecé a correr y con mi aliento la calenté”, ha relatado.

En este sentido, el atleta ha confesado que empezó a correr animado por su padre, que lo hacía “en los 70” con carreras de 100 kilómetros. Para él, “lo más importante es haber corrido en esas circunstancias tan extremas. La mente es muy fuerte y si tienes un sueño se persigue”, ha sentenciado.