El 5 de julio de 2011 desapareció el Códice Calixtino de la Catedral de Santiago para aparecer en un años después en un garaje de una localidad próxima a Santiago. En 2015, Manuel Fernández Castiñeiras, un electricista que fue despedido dos de la Catedral dos años del robo, fue condenado a nueve años de cárcel como autor confeso de los hechos.

El juez Juan Antonio Vázquez Taín, instructor del caso, ha contado en 'Herrera en COPE', que "fue una investigación por descarte" la que llevó a culpar a Castiñeiras, quien, a juicio de Taín, robó el códice "como una venganza personal" por su despido de la Catedral, y explica que los investigadores pensbana que el ladrón "no tenía la intención de devolerlo nunca".

Vázquez Taín ha contado cómo ha aumentado la seguridad en la Catedral de Santiago de Compostela desde el robo del Códice y también como se desarrolló la investigación, tuviendo que recurrir a la Brigada de Patrimonio Histórico debido a la petición expresa de la Unidad de Delincuencia Organizada, que fue quien primero se hizo cargo de la investigación.