El Hapoel Jerusalén derrotó (79-66) al Valencia Basket en un igualado segundo encuentro de la semifinal de la Eurocopa, en el que la brillante actuación en un ambiente hostil de Rafa Martínez y de Pierre Oriola dio opciones al conjunto español de cerrar por la vía rápida un pase a la final que ahora deberá conseguir el miércoles en la Fonteta.

El equipo valenciano empezó con dudas pero la veteranía de Rafa Martínez le mantuvo vivo. Tras el descanso los puntos del escolta catalán, el único acertado en el tiro exterior, y de Oriola pusieron contra las cuerdas al Hapoel, para que el choque era un 'cara o cruz' y que consiguió darle la vuelta de la mano de Curtis Jerrells y Tarence Kinsey.

Ambos equipos arrancaron imprecisos y sin las ideas claras pero, apoyado por el magnífico ambiente del Pais Arena, el Hapoel se sacudió antes esos nervios iniciales y de la mano de Kinsey firmó un 9-0 que llevó a Pedro Martínez a pedir un primer tiempo muerto a los cuatro minutos de empezar.

Paradójicamente, el Valencia empezó a carburar cuando Van Rossom se sentó en el banquillo y, ante las bajas de Vives y Diot, San Emeterio se puso a dirigir al equipo, aún así el impulso de Timor y una gran defensa no dejaron que el Hapoel viera reducida su renta (24-14, m.10).

El conjunto valenciano no perdió la calma. La experiencia de Rafa Martínez y Sato le permitió pasar el mal trago sin que el Hapoel rompiera el choque y ese logro le dio la confianza para, de la mano del siempre intenso Oriola, estrechar el marcador (30-26, m.15).

Los locales acusaron moralmente en un primer momento no haber podido exprimir al mal momento valenciano, pero la intensidad y eficacia de Stoudemire le sacó de ese trance. Aún así, los triples de Rafa Martínez permitieron al Valencia llegar al descanso muy metido en el partido (41-37, m.20).

En la reanudación, seis puntos seguidos de Oriola, que desbordó a Stoudemire, dio la primera ventaja al Valencia y abrió una nueva etapa de alternativas en el marcador. Sólo la falta de puntería en el tiro exterior (el único que anotó desde la línea de 6'75 fue Rafa Martínez), impidió que los visitantes consolidaran su ventaja, aunque tampoco el Hapoel, mucho más presionado, consiguió anotar (53-57, m.30).

Viéndose contra las cuerdas y espoleado por los suyos, los locales reaccionaron animados por el despertar anotador de Jerrells. Aunque Rafa Martínez pudo contener la avalancha unos minutos pero cuando Kinsey se unió a su compatriota, el Hapoel se marchó en el marcador y el Valencia se apagó y ya no supo cómo regresar al partido.

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El Unicaja disputará su tercera final europea, tras ganar este viernes al Lokomotiv Kuban en un excelente partido, en el que desarboló por completo desde el primer minuto al rival.

El equipo malagueño salió eléctrico con un parcial de 9-0 con triples del alero Dani Díez y dos del escolta serbio Nemanja Nedovic.

El Lokomotiv Kuban sufría, tardó tres minutos y medio para anotar la primera canasta, ante un Unicaja inconmensurable en defensa y espléndido en ataque, logrando cuatro triples y 27 puntos en el primer cuarto y solamente 11 encajados.

El Unicaja estaba descomunal y así empezó el segundo cuarto 32-13, minuto 12, y con tiempo muerto del técnico del equipo ruso Sasa Obradovic, que ordenó las ideas y delató a sus jugadores de la actitud negativa que estaban mostrando.

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La única consigna del Lokomotiv Kuban era forzar la defensa y no permitir ataques limpios del Unicaja, que ahora tenía más problemas para mirar el aro rival 32-22, minuto 15, con tiempo muerto de Joan Plaza.

El Unicaja se fue recuperando poco a poco, cogiendo oxígeno por el gran esfuerzo realizado y encarriló el encuentro al descanso 37-24.

El tercer periodo fue un intercambio de canastas, pero con la ventaja del Unicaja, que cortaba cualquier intento del Lokomotiv Kuban de acercarse al marcador, que nunca llegó a romper la barrera de 10 puntos 53-42.

El Unicaja rozaba la proeza de clasificarse para la final y no la desaprovechó, porque bordó el baloncesto con jugadores como Nedovic o el escolta estadounidense Kyle Fogg, ante un Lokomotiv Kuban, apagado, gris, sin aliento y recursos para forzar el desempate.

Al final triunfo merecido, holgado, 74-63, y a la espera de conocer el rival, si el Valencia Basket, su verdugo en la competición europea, o el Hapoel Jerusalen.