Enrique Recio

Una sala de vistas de la Audiencia de Madrid ha sido escenario de una batalla verbal entre dos hermanas: una de ellas, la acusada; la otra, testigo protegido. Enfrentadas por pertenecer a sendas familias de mercheros, se han acusado mutuamente de asesinato. El biombo y los agentes han evitado que la cosa llegara a más.

Se juzgaba en la sala el asesinato del padre de ambas, en una nueva sesión de este juicio que comenzó la semana pasada en la Audiencia Provincial.

"Ella mató a mi padre, es un diablo", ha gritado la testigo protegido tras el biombo. Desde el banquillo de los acusados, su hermana, Yolanda F.L., no ha querido ser menos y le ha espetado: "Y tú mataste a mi marido".

No han podido decírselo a la cara por el biombo que protegía a una de ellas de la mirada del público y de las partes en la causa, pero las dos han seguido insultándose a gritos hasta que han tenido que intervenir los agentes de la seguridad de la Audiencia y los de la Policía Nacional para calmar la situación.

"¡Registradla!, ¡Registradla!", gritaba la acusada, apoyada por su suegra, a la que también intentaba tranquilizar la Policía.

Ya con los ánimos menos alterados, la testigo protegido se ha disculpado: "Lo siento, pero es que sé que ella mató a mi padre", ha dicho en tono más tranquilo.

El origen de este conflicto familiar se remonta a septiembre de 2015, cuando, según el fiscal, Yolanda F.L., con la ayuda de su marido Luis R.D. y de sus suegros, Rafael R.M. y María Yolanda D.P., asesinaron al padre de la primera a tiros en una nave en Arroyomolinos (Madrid).

La familia habría decido actuar porque la familia de la acusada la repudió después de casarse con Luis R.D. Hasta el punto de que, supuestamente, su padre llegó a reprocharle en público que tuviera un amante. Así, Yolanda F.L. pudo inducir a su familia política para que acabase con la vida de su progenitor.

El pasado mes de abril, cuatro días antes de que diese comienzo el juicio, que finalmente fue aplazado, el marido de Yolanda F.L., fue asesinado a tiros cuando salía del despacho de su abogado, acompañado de su mujer y sus padres.

Un asesinato que, según ha denunciado la viuda, habrían cometido sus hermanos como venganza.

Según el fiscal, los hechos se enmarcan en una escalada de violencia orquestada por dos familias de mercheros enfrentadas, un grupo social que se rige por "sus propias normas" y que "resuelven las ofensas de honor" con "sus propias reglas", que "exigen sangre".

• Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

Un enfrentamiento que han trasladado hoy a la sala de vistas, en una sesión en la que la testigo protegido y hermana de la acusada ha insistido en que ya a finales de 2014 Yolanda le dijo que quería ver a su padre "en una caja de pino".

Y ha relatado que en un encuentro fortuito en un centro comercial, cuando ya apenas tenía relación con la familia, Yolanda le dijo que no quería saber "nada de su raza" y le manifestó que quería ver a su padre en una "caja de pino" y que "algún día lo iba a conseguir".

La viuda de la víctima y madre de la acusada también ha coincidido con su hija y ha añadido que Yolanda es una persona "manipuladora, envidiosa y posesiva".

Preguntaba por si su marido tenía enemigos, ha aseverado que no tenía problemas con nadie, pero en un determinado momento le advirtieron a él de que su hija, ahora acusada de su muerte, tenía "una relación extramatrimonial" mientras su esposo estaba en prisión.

Por ello, el padre de Yolanda, "avergonzado" porque para un "merchero una infidelidad es algo muy grave", se presentó en casa de su hija para "hablar con ella" sobre el asunto, pero le echó de su domicilio a gritos, según el relato de la testigo.

Ya no supieron nada de ella, ha continuado, hasta que murió su esposo y ya en el tanatorio algunas personas de su entorno le advirtieron de que los autores del crimen habían sido su hija y la familia de su marido, ya que "todos habían huido de Arroyomolinos".

Un hecho que no denunciaron en su momento, porque para "su clan" está "mal visto ser chivatos", pero que sí hicieron después sus hijos. "No podía vivir con el peso, quiero que se haga justicia con mi marido", ha zanjado.